Epílogo

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Los besos y caricias inundaban aquella habitación... Bakugo estaba perdido entre las piernas del pecoso...Izuku se retorcía del placer trataba de cerrar sus piernas, pero la cabeza del cenizo se lo impedía... sintiendo realmente exquisito la lengua de Bakugo mientras un par de dedos lo alistaban para recibirlo, gustoso Izuku aceptaba todas las atenciones...

Cuando Bakugo entró en él, una sensación maravillosa les recorrió a ambos... Cómo se habían extrañado, los besos, las mordidas, los chupetones, el sudor de sus cuerpos, la temperatura, los sentimientos estaban al 100% estaban en el lugar correcto... El sonido de la unión de sus cuerpos, el chapoteo, los gemidos, las peticiones por más, el acatamiento de lo pedido.

Toda la tarde toda la noche y parte de la mañana aprovecharon el tiempo que habían perdido separado uno por la estupidez de creer que era lo correcto el orto simplemente rendirse sin luchar por lo que quería.

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El recuento con su familia y amigos fue demasiado emotivo, haciendo un pequeño desayuno en la casa de la abuela Chiyo... Termino convirtiéndose en una gran reunión, abrazo,s risas y llantos, Inko estaba realmente feliz de que por fin su hijo y Bakugo estuvieran juntos, el abuelo del cenizo se expresó sinceramente se hincó hasta que su cabeza tocó el suelo pidiendo perdón al peli verde... Este se ruborizó al ver el sincero arrepentimiento del abuelo y los padres de Bakugo quien también estaban hincados mostrando la misma pose... Los perdonó, Suki era el más maravillado el más consentido de todos estaba realmente feliz de conocer a toda su extensa familia a los amigos de su papá al tío favorito autoproclamado Shoto quién peleaba con Kirishima por ese lugar.

Fue un día demasiado maravilloso con  reconciliaciones, qué promesas de volverse a encontrar más seguido, lo harían porque se acercaba el cumpleaños número ocho de Suki.

Le rogaron a Inko que viviera con ellos, ya no la querían tener lejos de ellos.

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Estaba arto... Realmente lo estaba no podía acercarse a abrazar a su hijo ni que decir a Bakugo, sin que esa maldita de interpusiera entre ellos... El sabía que lo hacía adrede pero no le creían... No podía tener una noche romántica con Bakugo sin que ella apareciera, lo llenaba de celos, pero qué podía hacer cuando expresaba su desacuerdo el cenizo solamente decía que no era para tanto... aunque Izuku sabía que ella era "una gran amiga" para su pareja, no podía evitar querer estrangularla a veces y más porque su hijo la adoraba, pero ya estaba harto porque por más intento que hiciera para ganarse su simpatía ella no lo respetaba.

Esa enana del diablo no le ganaría en el amor con sus rubios... Cuando la vio por primera vez le resultó el ser más bonito, chiquito y peludo que haya conocido en la faz de la tierra, cuántas veces has soñado en acariciarla pero parecía una maldita piraña siempre lo mordía, hasta con su mamá y la abuela se dejaba acariciar, pero menos por él... pero algo le parecía raro porque de un tiempo a la fecha la pequeña perrita lo seguía a donde estuviera, tres veces la encontró dormida entre sus piernas cuando se quedaba somnoliento en el sillón solamente ahí aprovechaba acariciarla su pelaje era realmente suave.

Esa tarde se había quedado en la casa horneando un pedido una docena de panqueques mientras Bakugo, Suki y la abuela Chiyo e Inko, habían ido a comprar todo lo necesario para la fiesta del consentido de la casa que era aproximadamente en dos semanas quería tenerlo todo preparado y no tener contratiempo ni que le agarraran las prisas.

Ojalá te vuelva a ver Donde viven las historias. Descúbrelo ahora