Aquella mujer de ojos rosados lucia desgarbada con arrugas visibles y cabellos canosos, miraba con tristeza las lapidas de todos sus seres queridos, desde su esposo Giyuu hasta los amigos que había conocido en esta vida, una lagrima recorrió su mejilla en total silencio y de ahí, la mujer se separó de aquellas tumbas mientras las flores que les había dejado se mecían con el viento.
Sus amigas a quienes consideraba como hermanas por todo lo que había pasado fueron las ultimas en morir, tanto Kanao como Aoi tuvieron una vida triste, pero aun así decidieron seguir adelante gracias al recuerdo de quienes las acogieron en la cofradía. Por suerte decidieron seguir sus vidas junto a Inosuke y Zenitsu, fue una gran sorpresa saber que desposaron a las ultimas hermanas mayores de la Finca Mariposa, pero al final no pudo estar más feliz, de seguro él lo estaría.
Casi todos los de la antigua y desmantelada cofradía habían muerto con excepción de Kiriya, al menos ella estuvo para rendirle tributo a sus almas y con la esperanza de que por fin pudieran reunirse con todos sus seres queridos, ella, sin embargo, no tenía planeado hacer aquello aún.
Ya una vez lejos del mausoleo de sus familiares y amigos, partió cerca de la Finca Mariposa, mientras caminaba las flores de cerezo volaban acompañándola en su camino, sin duda a pesar de toda la desdicha este mundo seguía siendo maravilloso. De pronto paro en seco, observo lo que parecía ser la nada y sonrió para que en un parpadeo su apariencia de una pobre anciana cambiara a ser la de una joven mujer.
La chica de ojos rosados suspiro, de un toque lo que parecía ser un espacio vacío se materializo con la forma de una gran casa, y con suma tranquilidad, entro.
— ¿Cómo has estado?, Yushiro
Cuando él se percató de que Nezuko había entrado trato de tapar el retrato que estaba dibujando de Tamayo, no obstante, toda la habitación estaba lleno de esos cuadros. Nezuko no se inquietó por eso ni un poco, en verdad, todos sabían el amor un tanto obsesivo que tenía Yushiro con quien fue su salvadora.
— Dios, ¡No debes venir sin avisar! ¡menos entrar a las casas sin permiso! ¡y deja de poner esa estúpida sonrisa!, ¡en serio te pareces a ese fren...! — antes de seguir quejándose Yushiro se tapó la boca
— Me alegro parecerme a él, a mi querido hermanito
Yushiro se sentía un poco mal al casi mencionar su nombre, le dolía en cierta forma su perdida, pues, aunque no quisiera admitirlo, le tomo aprecio a aquel chico pelirrojo por haber ayudado a cumplir el mayor objetivo de Tamayo. Pensó que Nezuko se pondría mal por esa casi mención, pero ella seguía tan radiante y sin un atisbo de tristeza en su ser.
— Entonces, viniste por el fármaco para volverte humana ¿verdad?
Nezuko se sorprendió por la pregunta, se tapó la boca y comenzó a pensar en muchas cosas, en su infancia, es sus difuntos padres, hermanos y amigos, en todos los que ella creía fielmente que estaban descansando en un lugar mejor, libre de dolor y en el que solo podía albergar paz ¿Quería ir con ellos?, en verdad, ya tenía su respuesta, la misma que le dijo a su amado esposo antes de que se fuera al mas allá, recordó aquello con mucho amor.
— ¿Estas seguras? no quiero que sufras – menciono Giyuu con cansancio
— Si, esta es mi decisión, no quiero que nadie se olvide de ti, ni de él
— Tanjiro... — musito Giyuu muy sorprendido
— Él nunca fue un monstruo, él fue un héroe y hare que se le recuerde como tal — expuso Nezuko mientras cerraba los ojos con fuerza
Para Giyuu era obvio que Nezuko quería romperse al decir eso, le dolía bastante lo que paso ese trágico día, el día que murió su hermano. Sujeto su mano con delicadeza, como la primera vez que lo hizo y le brindo una gentil sonrisa, aquello la tranquilizo un poco, pero aun así no había duda de que seguía siendo difícil tomar esa decisión por todo lo que conllevaba.
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El final verdadero
Short StoryInterpretación propia de como debió ser el final de Kimetsu no yaiba