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Los días y las semanas, pasaron con "normalidad" al lado de Lewis, quien estaba muy entusiasmado con la idea de tener un hijo.
Ahora lo consentía como si nunca lo hubiera echo, y se ponía triste cada que tenía que separarse por sus apretadas agendas.
Sin embargo, algo en él no se sentía del todo cómodo, era una rara sensación que estaba en su pecho, muy profundo, pero no le prestó mucha atención, tal vez eran las hormonas y los cambios del embarazo, fueron con un obstetra para cuidar del embarazo, por ahora todo bien y tenía citas cada tiempo para verificar que todo siga cursando de forma natural y sin peligro.
Lewis, antes era algo sobre protector con él y ahora más, desde que se enteró que serían padres y debería estar feliz... Enserio debería y lo estaba en alguna forma, le gustaba mucho los mimos (que habían incrementado) de Lewis, amaba los besos que dejaba en su rostro sacándole risas y las lindas mañanas con las manos tatuadas de su novio acariciando su vientre ya no tan plano.
Eso lo hacía feliz.
Mucho, era porque Lewis volvió a ser atento con él y no lo ignoraba por estar contestándole los mensajes a Nico, aunque ya tenía mucho que no veía a Lewis tomar su celular a menos que no fuera estrictamente necesario.
O eso creía él...
Se sentía terriblemente mal, por estar sintiendo cosas indebidas, a veces veía a Lewis y le caía tan gordo que le ponía un buen golpe (de puro coraje) y este se quejaba como niño chiquito.
Eran las estupidas hormonas y todo eso, también conllevaba a ponerse más caliente de lo normal, tanto que al día siguiente batallaba para caminar y del enojo le aventaba una almohada a Lewis, maldeciéndolo.
Pero nada hacía enojar al británico, siempre lo veía con adoración y le tiraba besos voladores, aunque Sergio estuviese maldeciéndolo por haberlo embarazado y las náuseas lo tenían cansado.
Se despertaba en la madrugada con el vomito en la garganta, tan ruidoso que Lewis terminaba despertando y lo acompañaba dando pequeñas caricias en su espalda, después le hacía cariñitos en la cama cuando se ponía furioso por tener que soportar los síntomas.
Siempre diciéndole "si no me hubieras embarazado" y últimamente era su mayor excusa. " no me estés chingando, agradece que estoy preñado porque sino te golpeó"
Aunque claro, si le pegaba.
Solo un poco.
Pensando en eso, se dio cuenta lo bueno que ahora era... Lewis no lo dejó solo en ningún momento, e intentaba remediar sus errores.
Con una suave sonrisa, abrió los ojos sintiendo la calidez de los rayos solares acariciar su rostro, la persiana estaba levantado, el vacío a su lado, lo hizo removerse mirando hacia donde Lewis tendría que estar durmiendo, pero solo encontró un lugar vacío, un ronquido lo hizo brincar del susto pero se calmó al ver a Roscoe durmiendo en el suelo arriba de una manta rosa.
