CAPITULO 09: JUNGKOOK

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Después de que Taehyung me cancelara, pasé algunas horas agonizando por eso. Tenía muchas ganas de verlo. De besarlo. Quizás incluso... No. Lo que necesitaba era desvío y distracción. Así que llevé a Noodle a la ciudad y pasé por el pub de Yoongi. No podía llevar a Noodle a la oficina, pero trabajé desde casa por la mañana, tuve una reunión en el tren y, a las cinco y media, llegué a lo de Yoongi. Mañana tenía programada una llamada online de cinco horas de duración con los abogados de la empresa, pero no pensaría en eso ahora.

Jimin se estaba volviendo enorme. Se sentó en el taburete de la barra, con sus diminutos pies colgando y su vientre abultado como su propio planeta. Sin embargo, se veía hermoso, con las mejillas rosadas y la boca llena, sonriendo como el sol. Yoongi apoyó su fornido brazo sobre los hombros de su esposo y lo besó en la mejilla. Noodle yacía durmiendo, acurrucado entre los taburetes de la barra.

-¿Realmente renunciaste? -Yoongi sacudió la cabeza, todavía incrédulo.

-Realmente lo hice. Ahora es un caos en la oficina y tendré que resolver todos los problemas legales, pero en unos meses debería ser un hombre libre. Taeyang me maldijo, diciéndome que soy un idiota por irme cuando nos va bien, pero creo que Lee está feliz de deshacerse de mí. -La reacción de mis socios fue tan diferente como el día y la noche. Algo me dijo que Lee me había descartado meses atrás cuando anuncié mi mudanza a Busan.

-¿Y te van a comprar tu parte o qué?

-Sí. Estoy pidiendo menos de lo que podría. Debería ser indoloro. Las cejas de Lee casi tocaron la línea del cabello cuando les conté mi propuesta. Creo que estaba listo para firmar en ese mismo momento, temiendo que yo cambiara de opinión y pidiera más.

-¿Por qué no lo haces? -Jimin parecía confundido.

-Amor, Jungkook no necesita más dinero del que ya tiene. Sería malo para él. - Yoongi dio en el clavo.

-Bueno, entonces felicidades. -Jimin levantó su vaso de agua con gas en un gesto de alegría y yo lo choqué con mi cerveza.

-Tienes que venir a casa mientras aún estés de una pieza.

-Nos quedan dos meses -dijo Jimin.

Miré su vientre.

-¿Dos meses más?

-Lo sé. Parece que estoy a punto de explotar.

Yoongi pasó la palma de su mano por el redondo estómago de Jimin.

-Te ves precioso.

Jimin arrugó la nariz.

-Me contoneo como un pingüino.

Reprimí mi risa. Yoongi no parecía pensar que hubiera nada malo con su esposo. Todo lo contrario. Desde que había dejado embarazado a Jimin, evitaba mirarlo a la cara con demasiada frecuencia cuando estaban juntos porque el calor en sus ojos cuando miraba a Jimin era demasiado. ¿A quién estaba engañando? Los envidiaba.

-Entonces camina hasta Busan. Te haré el almuerzo.

Yoongi me lanzó una mirada furiosa, pero Jimin se rió entre dientes.

-Amaría eso. ¿Cuánto dura el viaje?

-Apenas una hora, pero yo, en tu lugar, tomaría el tren. Las pistas siguen la costa y las vistas son impresionantes.

-¿Podemos hacer eso? -Jimin miró a Yoongi suplicante.

-Claro. ¿El próximo domingo te conviene? -me preguntó Yoongi.

-Creo que sí. Te avisaré si cambia. -Quizás para entonces ya esté con Taehyung.

-¿Cómo lo ha estado tomando Sung? -preguntó Yoongi, y mi sonrisa debió haberse desvanecido porque Jimin me dio una mirada comprensiva.

Inesperado / KookV 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora