La crianza de un hijo

Cap 15

Shun sentía unos nervios al estar frente al jardín donde habían un montón de otros niños. Se suponía que debía quedarse ahí, mientras sus papás se iban. ¿Y qué pasaba si ellos no volvían por él? Tenía miedo de alejarse de su familia.
-Mamá, ¿de verdad debo irme? -le preguntó aferrándose a la camisa de éste.

-Claro que sí, mi amor, ¿acaso no quieres ir? -le dijo a su pequeño.

-No quiero. -respondió comenzando a llorar. -Quiero estar con ustedes -dijo tratando de limpiar sus lágrimas.

-Pero harás amigos, la pasarás muy bien Shun. -dijo sujetando la manos pequeñas de su hijo. -Prometo que volveré por ti, eres mi bebé.

El niño asintió para después abrazar a su madre, calmándose para entrar, mientras su hermanita se despedía moviendo su mano con un grito.
-¡Mmm... Maa! -dijo la pequeña de un año, comenzando a reír y jalar un mechón de pelo de su padre que la cargaba.

-Ay, ay, ay Lyra -regaño a su hija que únicamente seguia riendo. -Vas a terminar dejando pelado a tu papá.

Sabo rió al ver la situación cómica entre su hija y esposo.
-Bueno, ya hay que irnos a la casa. -dijo cargando a la bebé en sus brazos. -Tú debes volver al trabajo y yo a casa, porque no conseguí a una niñera para ésta niña. -dijo besándole los cachetes a su bebé.

-¡Apa! ¡Apa! ¡Apa! -le llamó jalando dos mechones del pelo de su padre.

-Lyra, no, no, no -dijo quitando el cabello de las manos de su hija. -No está bien que hagas eso, mejor juega con esto. -dijo dándole un peluche que tiro al suelo para romper en llanto.

-¡Mmm, Waaaah! -lloro fuertemente mientras pataleaba en forma de un berrinche.

Si Sabo pensaba que su primer hijo era llorón, había estado muy equivocado. Su hija lloraba el triple de lo que lloraba Shun a su edad. Por eso es que le era muy difícil conseguir a alguien que la cuidará y no podía volver a su trabajo.

Podía sentir las malas miradas que los demás padres les dedicaban ahora.
Mecio a su bebé mientras tarareaba una canción de cuna. Después de mucho, por fin logró calmar a la bebé haciendo que duerma cómodamente en los brazos de su madre.

Ace volvió a cargar a la ya bebé dormida en brazos, mientras se dirigían a casa. Sabo sabía que no volvería a tener otro hijo por el cansancio que daba cuidarlo, pero sobre todo por el dolor del parto.

Al llegar, dejaron a la bebé en la cuna para que pudiera dormir por un rato, mientras tanto Ace se tuvo que ir nuevamente a su trabajo, dejando solo a Sabo.
-Ya debo irme, adiós, voy a extrañarlos a ambos. -dijo besando los labios de su esposo con cariño.

-Yo también, que te vaya bien en tu trabajo. -dijo para volver a besarlo en la frente.

Las feromonas mezcladas de ambos se esparcian por toda la casa como muestra del amor que se tenían. No podían imaginarse una vida sin estar juntos y jamás habían planeado tener familia por la casta del rubio, pero hay veces en las que la vida da sorpresas.

En tanto dormía su bebé, se dedicó a preparar el almuerzo para cuando llegará su familia. Al terminar de cocinar, un fuerte llanto se escucho por toda la casa, teniendo que ir a ver a su hija.
-Lyra, mi amor, ¿qué sucede ahora? -dijo cargando a la bebé que seguía llorando en los brazos de su madre.

La pequeña lloraba desconsoladamente, por más que Sabo trataba de calmarla, intento darle pecho para ver si no lloraba, pero ésta se negó. Ya no sabía que más hacer, su pañal estaba limpio y no parecía tener fiebre.
-¡Waaah, waaah! -lloraba mientras su cara se ponía extremadamente roja de tanto llorar.