Parte Única

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Lila una pequeña niña de 7 años de ojos color esmeralda y cabello castaño que vivía con su perro Félix un Golden retrieve, era su compañero fiel, era su amigo,era su todo.

Pasaron los días y Félix cada día se veía más apagado y deprimido, no jugaba ni comía lo cuál hizo que la pequeña se preocupara por el canino, sus padres lo llevaron al veterinario pero cuando regresaron no se veía del todo felices, no le dijieron a Lila nada pero ella sabía que algo pasaba.

Félix seguía de mal en peor no comía y si lo hacía lo vomitaba al instante, se veía cansado no se movía de su cama y sus ojos estaban llorosos pero siempre se la pasaba junto a Lila nunca se alejaba de ella.

Un día Lila no vió a Félix y sus padres llorando no sabía lo que pasaba, le pregunto a sus padres,pero no espero lo que le dijieron.

-El se fue

-¿Se fue?

-El se fue a un lugar mejor

Lila entendió lo que querían decir sus padres y sus ojos se humedecieron y gotas empezaban a caer de sus ojos esmeraldas, había perdido a su mejor amigo y eso no se repararía tan fácil, lo único que pudieron hacer sus padres fue abrazarla y consolarla.

Pasaron los días estaba decaída, no quería salir de su habitación y sus ojos estaban hinchados de tanto llorar, su olor, su pelo quedaban ahí como solo un recuerdo.

Sus ladridos resonaban por la cabeza de Lila como solo un bago recuerdo de lo que alguna vez fue su alegría y mejor amigo.

Cada tarde solo salía de su habitación para visitar el patio dónde estaba la tumba de Félix y contarle su día.

Cada día pasaba y su condición empeoraba no quería comer, ni moverse de su cama, llorando cada día. Sus padres querían verla de nuevo feliz así que hicieron de todo para alegrarla pero nada funcionaba, incluso la llevaron con psicólogos pero ni eso funcionaba.

Esos hábitos le estaban haciendo daño y lo sabía, pero no quería seguir haciendo la misma rutina sin el, no pasó mucho y empezó a escuchar los ladridos de su mejor amigo, cada día que pasaba se hacía más fuerte y se veía su sombra, la sombra corrió y ella fue corriendo detrás de ella dejando su último aliento detrás de ella.
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Los padres vestidos de negro enfrente de una tumba donde reinaba el silencio, la tumba llena de juguetes y globos pero algo en especial llevaba escrito aquella tumba Lila, aquella niña había fallecido pero no todo era triste sabían que al fin Lila estaba con su compañero canino Félix dónde estarían felices los dos...
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~Fin~

Un Alma Que DueleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora