nine

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Si, todo parecía terminar ahí.

Su paciencia no daba para más y cada minuto que pasaba perdió el control, él simplemente quería saciar todos los sucios pensamientos que tenía hacia Sunoo, hacia la progenitora de su amigo.

De su mejor amigo.

Sin más preámbulos y con la poca dignidad que le quedaba, no pierde el tiempo al estampar sus labios con los ajenos, ella está confundida, temerosa de lo que muy a delante pueda pasar.

Pero no se detiene a pensar en ello cuando le sigue el ritmo al hambriento adolescente, quien está tan ansioso en probar sus labios. Sus manos, las manos de Sunghoon recorren su espalda, hasta llegar al cierre del vestido y bajarlo con lentitud. Ambos están excitados. Si, a Sunoo le parece tan excitante tener ese tipo de contacto con el chico. Nunca se imaginó en una situación así, pero sin embargo estaba siendo mejor de lo que creyó.

La acaramelada piel desnuda de la mujer brilla ante los ojos del chico, quien abandona sus labios tan pronto en cuanto notó esto, dirigiéndose a besar sus hombros con tanta pasión, como si no tuvieran o temieran el hecho de ser descubiertos.

Las cosas pasaron a otro extremos cuando ambos entraron en uno de los cubículos, Sunghoon sentado arriba del escusado, bajando antes la tapa de este, mientras Sunoo estaba arriba de él, no habían parado de besarce hasta ese momento y parecía que no querían dejar de hacerlo. Su vestido mal acomodado y las ropas de Sunghoon toda desordenada, mientras que su camisa estaba desabrochada, con los botones sueltos y su cuello lleno del labial rojo de la hermosa mujer que tenía entre sus brazos.

No perdió nada de tiempo y en cuanto menos lo esperaron, Sunoo estaba de rodillas frente a Sunghoon quien aún sentado, se desabrocha su pantalón dejando al aire su grande y bien dotada hombría, los ojos de Sunoo parecen brillar y sus labios no se tardan nada en meter toda la extensión, como si de una experta se tratase, a toda su cavidad bucal.

— Mierda... — suelta Sunghoon, en un susurro desesperado.

Hecha su cabeza hacia atrás, y Sunoo alza su vista aún con su pene dentro de su boca, ella está feliz por que ha logrado un buen trabajo. Una fuerte mano baja hacia su cabellera, y aprieta sus mechones inclinando su cabeza hacia delante, Sunoo comienza a acelerar y a bajar con más profundidad.

Sunghoon no pudo con tanto y terminó por correrse en la boca de la mujer.

Con mucha dificultad y aún con la respiración agitada, Sunghoon se inclina hacia delante para tomar de la barbilla el delgado y suave rostro de la dama que estaba aún de rodillas. Y se besan, con más pasión, con más rapidez, pero sobre todo, deseo. Sunoo vuelve a su posición anterior, nuevamente está arriba de Sunghoon.

Entre sus nalgas puede sentir tan flácido. Tan malditamente sexy, en medio del beso, las manos de Sunghoon recorren su cuerpo ansioso, ansioso por tocar más allá de lo que alguna vez imaginó, si tenerla así era una maravilla, estar dentro de su intimidad hacia que quisiera perder el control. Debajo del vestido, pudo sentir la braga húmeda de ella, la siente, la toca y sin problema alguno la hace a un lado.

Pero no es suficiente, quiere más, él quiere mucho más, así que sin darle tiempo a reaccionar logra entrar de una sola estocada a la vagina de ella. Sunoo arquea la espalda, separándose de sus labios. Tener al adolescente dentro suyo se sentía bien, había soñado con ello, pero nunca imagino que así de maravilloso lograría ser. Sunghoon se puso de pie, logrando alzar el cuerpo de ella en el aire para estampar su espalda con una brusquedad tan excitante, perdiendo y estando aún más fuera de sí. Sunghoon le sonríe de lado, sus cabellos azabaches, casi cubren sus ojos, sus ojos negros como la noche e igual de intensos, su aspecto luce perverso e ilegalmente, atractivo, tanto que Sunoo gime ante la imagen frente suyo.

— Estoy tan ansioso por hacerte gritar de placer... — susurra con una voz ronca, y apresar entre la palma de sus manos uno de los grandes pechos de Sunoo, ella se sonroja aún más con intensidad— a la mierda quien nos escuche, a la mierda si es Jungwon, ahora mismo solo somos usted y yo.

Las penetraciones, empezaron rudas, haciendo que a la puerta rechinar, Sunoo se  sostiene como puede.

— ¡Ah...! ¡Dios, se s-siente tan bien! — Claro que se sentía bastante bien, el placer era máximo — ¡Sunghoon!

Y si, sin duda estaba pasando el mejor sexo de su vida.

Cada maldito segundo que pasaba y la rudeza que Sunghoon ejercía era indiscutible, así también como lo era el placer, todo ahora mismo pasaba a último plano a ambos no les importaba.

Todo le daba igual.

De igual forma a Sunoo le valía el hecho de que su esposo le descubriera y eso en cierta parte hacia que la situación se tornará más excitante.

Eso, hasta que Sunghoon llegó al tan esperado orgasmo. Ambos gimiendo al mismo, tiempo, pero no era todo, los espasmos en el cuerpo de la mujer le hicieron temblar. Si alguien en el pasado le hubiera dicho que un adolescente le haría el sexo que jamás tuvo en años, se reiría de esa persona en su cara, por que definitivamente el placer que sentía en ese instante era de otro mundo. Pero como todo buen sueño, llega el momento de despertar, en este caso de volver en la situación en la que se encontraban.

— ¿Sunghoon? ¿Mamá? — ambos amantes se quedaron en blanco.

En su mirar, cierto asombro. Mirándose a los ojos.

Todo se había ido a la mierda.

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𝘆𝗼𝘂 𝗺𝗼𝗺?  •  𝘀𝘂𝗻𝘀𝘂𝗻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora