PROLOGO

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Hace muchos siglos.

—¡Cansado! Ya me tienen cansado.— la gran voz del todo poderoso, retumbaba por el palacio de plata.

—Padre yo...— El hijo mediano hablaba con un temor, que no reflejaba sus acciones.

—¡Mis hijos! Pelando, no tienen idea de lo decepcionado que me tienen...— el más joven de los hijos solo observaba, el caos que se había armado en la ciudad dorada.

—Padre, lucharon contra nosotros...— una voz mustia se escuchaba, una voz traicionera.

¿Cómo era que el todo poderoso jamás reconoció?

Los hijos principales de dios, Todos los Ángeles de la Guardia, los arcángeles, los ángeles y serafines, esperaban el veredicto, de Dios el padre de todos.

—Padre, ellos no tienen la culpa todo fue una emboscada...— el mayor de los hijos principales, defendía a capa y espada a sus dos hermanos.

—Miguel, ¿Qué sabes?— Dios, ignoro por completo las palabras de su hijo mayor, él cual solo bajo la cabeza.

—Padre, es cierto que había rumores. Todos pelamos de distintas maneras...— Miguel, intentaba aclarar las cosas escondiendo detalles, no quería que su hermano gemelo y su hermano menor no fueran desterrados.

—Chan, ¿Por qué hiciste esto?, ¿te gusto poner a tus hermanos en mi contra?— la voz cansada y decepcionada, de el padre era tan notoria que todos bajaron la cara.

—Padre, es cierto que algunos peleamos por causas. Tu dijiste "un ángel jamás podrá amar de esa manera"— la voz del menor sonaba tan resentida y triste, que las lagrimas caían

—Chan, tu eres la personificación de amor. No dije que no fuera amar, simplemente que no sentiría el amor pasional que muchos otros sienten...— los mayores veían con miedo a su padre, de que fueran a ser aventados al purgatorio.

La batalla en el cielo, fue tan poderosa que durante ella hubo más de setenta caídos y los que faltaban.

—Padre, yo solo seguí las palabras sabias de el rumor...— el menor bajo la cabeza en vergüenza.

—y ¿Cual fue ese rumor Chan?— el chico miro directo a los ojos, suficiente humillación tenia con confesar que Chan solo tenía miedo a no ser amado.

—"Busquemos el reinado que merecemos, busquemos la justicia que realmente se necesita y destronemos al que nos crea con un destino lleno de sufrimiento"— las palabras del menor, sonaba llenas de furia y su voz fría no ayudaba.

—Mis hijos, han peleado por una causa insignificante, estoy decepcionado, que quieran una justicia no valida. Son todos mis hijos y los amo a todos por igual, les he dado a cada uno una tarea en la humanidad, algo que no funciona sin lo otro...¿cómo debo sentirme?— las palabras del todo poderoso, se iban enfriando conforme avanzaba en su discurso.

—Todos merecen el castigo padre...— la voz de Nathaniel, resonó por todo el palacio. Esa voz mustia que ya había sido escuchada.

—Y lo recibirán, todos los guerreros de mi hijo Chan, serán desterrados de la ciudad dorada y enviados al infierno...— La guardia, ángeles y Arcontes abrieron los ojos y se evaporaron pues la palabra de dios fue cumplida.— En cuanto a ti hijo...

Chan esperaba lo peor, sus hermanos que lo apoyaron solo tocaron su hombro en muestra de apoyo, pero uno de los mayores hablo.

—Yo aceptare su castigo, mi hermano solo tuvo miedo y se dejo influenciar por el miedo de no ser amado...— La voz de Luzbel resonó, era una voz decidida y dispuesta a todo.

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