Capítulo 27

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MADISON

Miraba el cielo gris que se oscurecía más por acercarse la noche, estaba caminando rumbo al hospital en donde era el primer lugar en donde podría encontrar algo de claridad para todos los pensamientos que habían llegado a mi cabeza.

Tenía demasiados sentimientos encontrados, y la verdad agradecía que Noah no insistiera demasiado puesto que me sentía mal por ignorarla estos días. ¿Qué se supone que debía hacer?, ¿podría soportar una vida así?

Sabía que a ella le pasaba algo, siempre tomaba sus pastillas y nunca quise preguntarle demasiado, debí suponer que algo pasaba con sus cambios de ánimos, con sus conductas erráticas y cuando tenía sus bajones emocionales. Debí saberlo.

¿Debí saberlo?

Quizás nunca quise aceptarlo para seguir viendo a Noah como la única persona que podría seguir amando el resto de mi vida.

Quizás estaba analizando demasiado todo esto, pero qué pasaba si tomaba una decisión y luego me arrepentía, ¿qué pasaría con Noah?

¿Ella sería capaz de... morir por un corazón roto?

—Madison. —Mi madre se posó frente a mí con una pequeña sonrisa. —Llegaste rápido.

—Termine de trabajar antes.

—Vamos a la cafetería, muero por un poco de comida luego del turno. Tienes suerte de que mi turno terminase cuando llamaste. —Mamá paso su brazo sobre mis hombros atrayéndome a su cuerpo, eso basto para que mi cuerpo se relajase un poco. Más no mi mente. Mamá me sentó en una mesa y me hizo esperarla para que trajera el café junto a su comida. —Entonces, ¿qué te trae por acá?, es raro que quieras ver a tu vieja madre desde que te fuiste de mi casa.

—Todos los días te envío mensajes, tú eres quien siempre estás ocupada desde que me fui de la casa. Además, no eres vieja, te recuerdo que fuiste madre a los 18 años.

—Tienes razón, me veo más joven. —Ella bromeó un poco. —Me he preocupado de retomar mi vida sexual desde que te fuiste, a decir verdad, ha aumentado...

—Por estas cosas no converso demasiado contigo, necesitas filtros mujer. —Ella solo rio, a mamá le encantaba molestarme. Nuestras personalidades siempre han sido muy diferentes.

—Entonces, si no vienes a hablar de eso debe ser muy importante para verte en el hospital, antes solo venías cuando estabas cansada con el trabajo o con el idiota que tenías como exnovio. —Hice una mueca y noté como rápidamente mi madre abrió su boca sorprendida. —No me digas que volviste con él, yo no te crie así.

—No, claro que no. Jamás volveré con ese imbécil. —Mi madre soltó un suspiro aliviada. —Lo que pasa es que hay una chica...

—Oh, por fin le hiciste caso a Christine.

—Salimos hace bastante tiempo, bueno han sido idas y venidas, a decir verdad. —Mamá empezó a revolver su ensalada. —Las cosas con ella suelen ser geniales, ella es genial y muy atenta, no podría comparar otra relación con esta porque en verdad me ha hecho sentir muy diferente. —Los ojos castaños de mamá me miraron.

—¿Y cuál es el problema?

—Hemos tenido también muchos problemas y la verdad que en esos periodos me he sentido fatal, me he sentido tan reemplazable por tanto tiempo que solo potencia eso sin quererlo por estar rodeada de mujeres hermosas.

—¿Y ella coquetea con ellas?

—No, nunca la he visto hacerlo. De hecho, es bastante atenta con hacerme ver que no tiene interés en nadie más.

Caminos a Ti.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora