¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Rodeo la cintura de su novio con sus brazos, acababa de volver de su entrenamiento con el Sr. Han.
Ambos se habían reunido afuera de la casa del Sr Han, Dre le sonrió cuando lo vió y se abrazaron.
Contándole su mañana Dre tomó su mano y empezaron a caminar.
Se detuvieron frente a una heladería, por supuesto que Dre era fanático de las cosas dulces. Después de tomar sus órdenes caminaron y se sentaron en una banca, los niños corrían jugando. Algunos ancianos se ejercitaban. Y otros simplemente disfrutaban del paisaje.
— ¿Que tan buen maestro es el Sr. Han?
Su chico había preguntado con una sonrisa.
— El mejor que he tenido.
Cheng se acercó más a su novio.
Besando su cuello. Lo que provocó un saltito en Dre. Pero Cheng no se detuvo.
La risa de Dre no se hizo esperar, su cuello era muy sensible y era muy cosquilludo en esa zona.
— ¡Cheng para! — Pero Cheng no lo hizo, incluso aumento su intensidad cuando apretó su agarre en su novio.
Ahora Dre intentó alejarse del asiático mientras trataba de controlaba su escandalosa risa.
Pero pronto su risa se convirtió en un jadeo cuando sintió unos dientes morder suavemente la piel expuesta.
Por fin Cheng se había retirado de su cuello y cuando Dre lo vió mejor, Cheng le sonría estúpidamente.
— Me encanta tu risa.
Dre se sintió cohebido.
— No seas tonto, ven vamos al arcade. — Dre se levantó de la banca, su rostro se sentía algo tibio, a veces odiaba a Cheng por ponerlo así.
Cheng lo tomó nuevamente de la mano y se fueron, en definitiva Cheng amaba lo lindo que Dre se ponía con el.
— Te voy a derrotar bailando.
— ¡Ja! quiero ver eso cariño.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
