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Hoy era un día lluvioso y no me apetecía hacer nada. Estaba sentada en las sillas de la biblioteca de la universidad haciendo ejercicios de física y la verdad que mi humor empeoraba cada vez que pensaba en ello. Estamos ya casi en finales y tengo la cabeza en las vacaciones. Me odiaba a mi misma por pensar en ello en vez de estudiar, pero de verdad que no podía más.

Estoy estudiando Astronomía ya que de pequeña siempre quise estudiarlo y siempre me había gustado la idea de que hay algo más que no vemos pero que sí sentimos que está ahí. Mi universidad se encuentra en Madrid, pero yo soy de Cádiz, mi querida Cádiz que tan bonita es.

- Oye Lucas, ¿entiendes esto? -- pregunté a mi compañero.

- Venga ya Sara si es lo más sencillo del mundo -- dijo riéndose y mirando mi cuaderno - a ver...

Lucas es mi compañero de clase y también mi compañero de piso. Los dos años que llevo aquí en Madrid, se me han pasado corriendo gracias a él. Si os lo preguntáis, Lucas y yo nunca tuvimos intenciones de nada, somos mejores amigos, aparte a él le gustan los hombres igual que a mi.

- Espero que lo hayas entendido porque te mato aquí mismo -- dijo mirandome mientras yo me reía - por cierto, quiero contarte una cosa asi que ponme atención porque es importantísimo.

- Te escucho pero como sea algún ligue tuyo de los raros... - le amenacé mientras Lucas ponía los ojos en blanco y levantaba la cabeza.

- No, tranquila -- dijo sonriendome - tenemos nuevo compañero de piso.

Mis ojos se abrieron como platos. ¿Cómo que nuevo compañero de piso? En qué momento.

- Lucas pero cómo que nuevo compañero si no cabe nadie más -- dije riñendole y era cierto, nuestro piso solo tenía dos habitaciones y están ocupadas.

- Pues de eso quería yo hablar... Tu habitación es algo más grande, quizás podrías compartirla, solo por dos meses ya que él solo necesita alojamiento estos dos meses -- dijo y me quedé atónita.

- Luca - dije soplando - ¿y dónde piensas dejarle dormir? Yo le dejaría el sofá.

- Tienes razón, el sofá es buen sitio, pues se lo diré -- dijo cogiendo su teléfono.

- ¿Y cómo se llama él? -- pregunté mientras intentaba mirar su pantalla.

- Ella, ¿he dicho él? -- dijo y yo solo me reí y afirmé ante su pregunta -- ups, pues no chica, tiene concha.

- Entonces si se puede quedar en mi habitación.


Después de un rato hablando con Lucas, volvímos a casa para preparar todo para la nueva invitada. Se llamaba Lili y venía de Australia, raro la verdad. Lucas me contó que ella conoce Madrid y tiene unos amigos cerca de nuestro piso pero ellos a diferencia de nosotros viven en una casa. Ella se podría haber quedado allí pero no le gustaba la idea ya que su ex estaría en esa misma casa y aunque se lleven bien, no le gusta la idea de dormir con él y convivir las 24 horas del día junto a él. Al parecer es una chica muy vergonzosa pero creo que nos llevaremos bien.

- ¡Sara! -- gritó Lucas entrando a casa.

- ¡Qué! -- le devolví el grito mientras iba al salón pero llegó acompañado de Lili -- Oh, hola, soy Sara encantada.

- Lili, un gusto y muchas gracias por dejarme quedarme aquí durante estos dos meses -- dijo sonriendonos a Lucas y a mi -- imagino que Lucas ya te habrá explicado todo.

Lili y yo fuimos a mi habitación y estuvimos horas hablando sobre nuestras vidas, la verdad que me parece una persona muy interesante y creo que podremos hacer buenas migas en pocos días. Ella ya no estudia ya que acabó todo hace un año pero nos ha asegurado que nos ayudará con cualquier cosa.

En tu esquina | YoSoyPlexDonde viven las historias. Descúbrelo ahora