XI

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Estaba mareada, pero demasiado mareada.
Lili me dijo que iría a la barra a por una copa más para cerrar la noche, nunca volvió a aparecer.
Me encontraba sola en mitad de la pista de baile sin saber qué hacer y algo aturdida por culpa del alcohol.
Vi a alguien acercandose pero no sabía muy bien quien era hasta que pude ver su estarura. Me comenzaron a temblar las piernas al ver a Dani tan cerca.

-- Sara, estás muy mal -- dijo este agarrandome un brazo con delicadeza -- vamos a casa.

-- No, no quiero irme -- dije casi cayendome -- Dani cogeme en brazos, porfavor.


Me desperté con un dolor de cabeza increíble. Ví que no estaba en mi habitación y que tenía otra ropa puesta a la que llevaba anoche. ¿Qué cojones? Iba a levantarme pero noté un gran peso encima de mi, más bien un brazo gigante alrededor de mi cintura y sí, era Dani totalmente dormido encima mia. Me estaba meando pero verlo así hizo que me preocupara cualquier movimiento que yo hiciese.

-- Dani -- decidí despertarlo. Era la mejor opción.

-- Mmm -- dijo este abriendo los ojos como si fuese un chinito -- Buenos días.

Dios mío, la voz ronca, una debilidad. Me miró sonriente hasta que se percató que su mano rodeaba mi cintura asi que se levantó sobresaltado.

-- Mierda, perdón -- dijo este levantandose. Madre mía, solo tenía unas calzonas y creo que no tenía ni calzoncillos porque eso estaba demasiado suelto, se notaba al moverse.

-- No pasa nada -- dije disimulando hasta que me percaté que solo tenía una camiseta y mi ropa interior y obviamente la camiseta no era mía -- ¿me tragiste tú?

Dani solo afirmó y se volvió a tumbar en la cama. A mi lado pero con más separación.

-- Estabas muy mal ayer -- dijo mirandome. Señor, que hombre más guapo joder -- la verdad que ese vestido se veía incómodo asi que como pude te lo quité siempre respetando, y te dejé mi camiseta porque no tengo otra cosa y era demasiado tarde como para buscar en tu habitación ropa. Aunque sería raro hacerlo.

-- Almenos no me violaste o algo por el estilo -- dije riendome y el también se rió -- la verdad que me salvaste la vida Dani.

-- No me des las gracias -- dijo mirandome con una sonrisa que iba a matarme en cualquier momento.

Dani se acercó un poco más a mi y yo solo le miraba a los ojos. Su mano la cual en un segundo se encontraba en mi muslo, cambió a pasarme un mechón de pelo por detrás de la oreja. La tensión que había en el ambiente se notaba al lejos. Llamalo atracción o como quieras pero no quería que el momento se acabase. Yo solo suspiré y miré mis manos las cuales se encontraban algo nerviosas.

-- Para -- dije mirandole -- me estás poniendo nerviosa.

-- ¿Te pongo nerviosa? -- preguntó este acercándose cada vez más. No voy a mentir, me gustaba lo que estaba haciendo, y si su intención era "esa intención", no me quejaría -- sabes... ayer ibas muy guapa, pero hoy así...

Dani me miró de arriba a abajo sobretodo arriba, se acabó, no aguanté más y me tiré encima de él para darle un beso que él aceptó y siguió. No era un beso cualquiera, era un beso que reflejaba todas las ganas que nos teníamos el uno al otro. Me encontraba encima de Dani, con una pierna en cada costado y con mis manos acariciando su nuca y su pelo. Él me sujetaba con una mano en la cintura, la cual iba bajando lentamente a mi culo para poder acercarme más a él y su otra mano estaba en mi cuello, cosa que hizo morirme más. El beso cada vez era más intenso, tanto que ahora era él quién estaba encima de mi, rodeandome con su brazo mientras acariciaba mi muslo con el otro, todo pintaba a bien para los dos hasta que alguien entró haciendo que nos separemos más rápidos que flash.

-- Plex tio... -- dijo Kruffy mientras nos veía -- ostia, lo siento bro.

Este cerró la puerta y Dani solo sonrió con verguenza algo que me causó mucha ternura. Yo solo podía ver que su mano seguía en mi muslo. Cuidadosamente me levanté de la cama para dirigirme a mi cuarto, no voy a mentiros, estaba más roja que un tomate.

-- Bueno, voy a cambiarme y eso -- dije saliendo de la habitación de Dani con una sonrisa y más roja que la que.

En tu esquina | YoSoyPlexDonde viven las historias. Descúbrelo ahora