Aquí, juntos

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Max se tomó un momento para asimilar lo que acababa de ver en la pantalla sintiendo su corazón pararse por un segundo. Volteó a mirar a GP con una expresión de total asombro, pero ni siquiera reparó en la expresión del otro, volviendo a mirar a la pantalla con temor. Se tocó con la cabeza con su mano izquierda tratando de controlar sus pensamientos, aquellos que golpeaban y lo arrastraban como una ola, aquellos que venían cargados de '¿qué hubiera pasado si...?', y en definitiva debía pararlos. Ya le habían dicho que Checo estaba bien, había salido del monoplaza solo e incluso había decidido caminar de vuelta, pero eso no calmaba la presión en su pecho.

"¿Checo ya llegó a su garaje?" Le preguntó a su ingeniero, el cuál con relativa calma le indicó que aún no, y comenzó a confirmar la hora en la que iba a recomenzar la carrera, pero Max no podía prestar atención a nada. Miraba las pantallas que enfocaban a su novio caminando de vuelta, se le veía molesto y conmocionado, mirando fijamente al frente sin siquiera saludar al público que Max estaba seguro estaba llamando su nombre.

Las pantallas nuevamente mostraron el choque y aunque intentó distraerse mirando a los mecánicos revisar su auto, la inquietud en su interior era incalmable. Tenía la necesidad de ver a su novio, debía verlo frente a frente y asegurarse que estaba bien no importaba lo que dijeran. Él solo podía ver la forma cómo había quedado el monoplaza y quería deshacerse de los temores que parecían querer consumirlo.

"¿Checo ya llegó a su garaje?" preguntó nuevamente a GP ignorando la pregunta que el otro le acababa de hacer, honestamente no la había escuchado.

Su ingeniero preguntó por radio y apenas tuvo la confirmación Max se encaminó hacia el garaje del mexicano.

"¡Max!"

El llamado de su nombre revelaba que su ingeniero lo necesitaba ahí, pero Max no podía seguir así si iba a subirse de nuevo a su auto.

"Será solo un momento."

GP frunció el ceño, y aunque Max sabía los antecedentes, bien sabiendo que a veces tenían que arrastrarlo para separarlo de su novio, ahora realmente solo tenía una misión en mente. Verlo, tocarlo, abrazarlo, besarlo, escuchar su voz, ver sus ojos, sentir su cabello, confirmar con todos sus sentidos que seguía ahí, que seguía con Max. Su pecho dolía de solo pensar que podría haber otra realidad.

"Max." El tono era de reproche, había cosas que confirmar antes del reinicio.

"¡Solo un segundo!" Era todo lo que necesitaba, aún si lo sacaban a la fuerza del garaje del mayor, solo quería tocarlo un segundo. Sabía que la carrera seguía en pie, pero podía hacerlo, regresaría antes de que terminaran de limpiar el circuito.

Caminó con paso firme sin importarle las cámaras y todo el personal que lo miraba entre extrañado e interesado. Seguro dirían de todo ante esto, pero la verdad no le importaba en lo más mínimo.

Entró al garaje de su novio lleno de mecánicos decaídos, pero con su mirada solo buscaba a una persona.

"Está atrás."

No supo quién fue, pero igual agradeció levemente antes de continuar su camino hasta desaparecer del ojo público.

Recorrió el angosto pasadizo que lo llevaba a la habitación de piloto de su novio, pero antes de llegar, sus ojos azules se encontraron con los bellos ojos marrones de Checo y no pudo evitarlo, su corazón llegó antes que su cuerpo. Porque casi corrió hacia él y se abalanzó sobre su novio enjaulándolo entre sus brazos con tal fuerza que el pequeño gruñido que soltó el otro realmente lo convenció de que le había hecho daño.

Lo soltó rápidamente asustado y buscando encontrar la causa del dolor.

"Me duele un poco la cabeza." Dijo el mayor sobando su sien. "Pero estoy bien."

Aquí, juntos en nuestra promesaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora