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"Enemies-to-lovers"


Rainelis, saliendo del colegio para volver a su casa. Se dirigio al estacionamiento del colegio junto con Toni. - Rai..- Dijo Toni, Rainelis miraba su celular mientras caminaban. - ¡RAI!- Grito, Rai inmediatamente levanto su vista, y noto que su moto no estaba. - ¿QUE MIERDA?- Guardo su celular rapidamente y se acercó al lugar donde debia de estar su moto, vio un papel en el suelo. Al levantarlo lo leyó. "Las serpientes siempre ganan."

Rainelis soltó un quejido y abolló el papel para despues tirarlo al suelo.- Hoy va a correr sangre, Toni.- Dijo, para despues subirse a la moto de Toni. -¿Que?- Preguntó Toni. -Conduce hasta el escondite de las serpientes.- dijo, poniendose el casco. Toni se subió a la moto y la prendio, para comenzar a conducir.

Alondra, por otro lado, estaba esperandola. Se encontraba en la entrada del escondite afilando sus navajas. Las demas serpientes estaban dentro. El escondite era un edificio de tres pisos, por lo tanto, todos los pisos estaban casi repletos de serpientes preparandose. Mientras Alondra se preparaba, llegó Rai y Toni, frenaron la moto frente a ella, Alondra levantó la mirada para despues poner una postura firme. - Ya se estaban tardando.- Dijo, para despues cerrar sus navajas y guardarlas en su chaqueta. -¡Alondra, te juro que si le hiciste algo..-

- Tu hiciste muchas cosas.- Interrumpió Alondra. Rainelis se bajó de la moto y se acercó a ella. - ¿Donde está?- Preguntó. Alondra avanzó algunos pasos para quedar cerca de Rai. - Tu y yo debemos de hablar.- Dijo, con un tono serio. Rainelis soltó una leve sonrisa y llevó su mirada a los labios de la rubia. Alondra llevó su mirada a Toni, quien aun seguia en su moto. -Ya te puedes ir.- Dijo Alondra, Toni se bajó de su moto y negó con su cabeza. Rainelis sacó su navaja lentamente, pero Alondra rapidamente bajó la mirada y miró la mano de Rai, con la navaja. Ella sonrió e hizo un movimiento rapido, quitandosela. Dio vuelta a Rai y puso la navaja en el cuello de la pelirroja y miró a Toni.- O te vas..- Dijo Alo. Toni dio algunos pasos intentando acercarse. - Que no se te ocurra..- Respondio Toni. 

Rainelis miró a Toni.- Puedes irte.- Dijo. Toni fruncio el ceño.-¿Que? No.- Respondio. -Es una orden, Topaz.- La pelirroja asintio con la cabeza, y Toni volvio a su moto. - Si le haces algo te mato, Alondra.- Dijo, para despues arrancar su moto e irse. Alondra aun con la navaja en el cuello de Rai se acercó a su oido y le susurró.- Pasará lo siguiente, entraremos, tu te quedarás calmada, y hablaremos.- Dijo, Rai asintio. Al instante, quitó la navaja de su cuello y se la quedó. Entraron, pasaron por los pasillos, repletos de miembros de las serpientes. Entraron a uno de los cuartos, y Alondra cerró la puerta. 

-¿Ahora que quieres, besarme de nuevo?- Preguntó Rai, sentandose en una silla. Alondra soltó una risa y la miró a los ojos.- Quiero tregua.- Respondio, Rai se sorprendio y se comenzó a reir. -¿Es enserio?- Preguntó, poniendose de pie, Alondra se apoyó en la puerta y cruzó sus brazos, Rai se acercó.-¿Cual es la razon?- Preguntó.

- No quiero más casas, escondites o motos quemadas.- Respondio, para despues sacar una navaja y jugar con ella.  -¿No es por el beso, o si?- Preguntó Rainelis, algo avergonzada. Alondra levantó la vista.- Eso fue un error.- Respondio, y Rai se acercó aun mas. -¿Segura? Siento que te gustó.- Alondra soltó un suspiro y acercó su navaja a Rainelis. - Podria matarte.- Dijo, mirandola a los ojos.

- Hazlo.- Rai se acercó más, haciendo que la navaja hiciera presión en su garganta. - Nada ni nadie te detiene.- Dijo Rai, quedandose quieta. Rapidamente Alondra soltó la navaja, haciendo que caiga al suelo, y tomó a Rai de la cintura, pegandola a ella para despues besarla. Rai pasó sus dos manos por el abdomen de Alondra, mientras el beso comenzaba a hacerse más lento, ambas jugaban con sus labios al mismo ritmo. Rainelis metió mas intensidad, Alondra simplemente dejó que el beso fluya, hasta que la pelirroja decidió meter lengua. Sus dos lenguas se alcanzaron a encontrar por primera vez, haciendo que Alondra presionara la cintura de la otra, y sus pieles se comenzaran a erizar.

Rai se pegó cada vez más a la rubia, Alondra frenó el beso y bajó al cuello de la pelirroja, dejando besos mojados en el, la pelirroja se retorcia, sus mejillas ardían y ella solo empujaba la cabeza de Alondra con una mano para que siguiera. Luego de unos segundos ambas avanzaron a la cama, Rai se recostó, y Alondra gateó lentamente por la cama hasta Rai, acercandose a sus labios. Sin poder aguantar volvió a besarla. Mordía levemente el labio inferior de Rai, mientras pasaba su mano por los muslos de ella. Rainelis dio el pico final, para separarse del beso. - Me debo ir.- Dijo la pelirroja, para despues intentar levantarse de la cama. Alondra la empujó con cuidado para dejarla acostada de nuevo. Inmediatamente bajó hasta el abdomen de Rai, ella llevaba top. Dejó un recorrido con sus besos, hasta llegar a su pantalon. Bajó un poco el pantalón de la pelirroja.

Rainelis dejó sus brazos apoyados en la cama, para poder observar bien a Alondra. La rubia bajó completamente el pantalón de Rai, para despues hacer a un lado su ropa intima, dejando el paso libre. Levantó unos segundos la mirada hacia Rai, ella estaba con los ojos cerrados mirando hacia el techo, soltando suspiros. Alondra sonrió y pasó lentamente su lengua en la entrada de su enemiga. - Mierda, Al..- intentó hablar la pelirroja, pero estaba retorciendose con mucha intensidad, sentía el calor de su lengua. Sin esperar mucho, Alondra metió su lengua, para comenzar a moverla dentro de Rai. Debido a esa acción, Rai comenzó a soltar pequeños gemidos. Estaba completamente mojada.

Alondra aumentó la velocidad intentando llegar a lo mas profundo, mientras escuchaba los gemidos de Rai. Luego de unos segundos así, sacó su lengua y tragó. Rainelis soltó un suspiro.

Alondra se sentó a su lado, mientras la miraba de manera provocativa, saboreando su labio inferior. Rainelis se quitó el chicle que llevaba en la boca, para despues tirarlo. Seguido de eso, se subió encima de Alondra y comenzó a besarla. La rubia pasaba lentamente dos de sus dedos por el clitoris de Rai, la cual estaba besandola con muchas ganas, claramente Alondra no se quedaba atrás. Besaba con sed a la pelirroja, mordiendo sin piedad el labio inferior de Rainelis, quien intentaba no cortar el beso debido a sus gemidos. Rainelis estaba cada vez más mojada, Alondra no pudo esperar más, y metió dos dedos, comenzando a empujar hasta lo más profundo, haciendo que Rainelis no aguantara más y se separase del beso, dejando su rostro escondido en el cuello de Alondra, mientras soltaba gemidos desesperados, Alondra cerró los ojos y siguió con los movimientos allí.


Luego de pocos segundos, al Alondra aumentar por completo la velocidad de sus movimientos, Rai no aguantó más y terminó. Soltó el ultimo gemido, el cual fue uno muy fuerte. Alondra quitó sus dedos, estaban completamente empapados. Rai dejó su rostro en el cuello de Alondra, mientras suspiraba repetidamente. Alondra cerró unos segundos los ojos para despues quedarse callada.

Luego de unos minutos Rai se recostó al lado de Alondra. La rubia se levantó de la cama, agarrando un poco de papel y limpiandose los dedos en silencio. - Alondra..- Dijo Rai, entre suspiros. Alondra no le dió atención.

-¿Ahora no me hablarás?- Preguntó la pelirroja, sentandose en la cama. - No tengo porque hablarte, sal de aquí.- Respondió sin mirarla.- Dejame ver si entiendo, acabamos de.. hacerlo. ¿Y ahora me estás corriendo de aquí?- Preguntó, para despues acomodarse la ropa y ponerse de pie, Alondra la miró a los ojos. - No hables de lo que acaba de pasar, con nadie.- Dijo, con una mirada fría. - No lo haré, pero dime, ¿Por que me tratas así ahora?- 

- Porque así debe ser, estamos destinadas a odiarnos, Sinclair.- Respondió, quedandose quieta en el lugar. Rainelis se acercó a ella.- Yo no te odio, Jones.- Dijo, para despues dejar un beso cálido y cariñoso en los labios de la rubia. Rainelis se acercó a la puerta para salir, pero se detuvo unos segundos. Se dió la vuelta y se agachó a recoger la navaja que Alondra había dejado tirada. Sin mirar a Alondra, salió del cuarto y se fué, para dirigirse a su casa.



𝗦𝗻𝗮𝗸𝗲𝘀 𝗔𝗻𝗱 𝗗𝗲𝘃𝗶𝗹𝘀 - 𝗥𝗮𝗶𝗹𝗼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora