01

8 2 1
                                    

Me encontraba caminando en el mar de gente que había en el centro de aquel pueblo, asegurándome que no pase nada ya que mientras más gente haya más probable es que algo malo suceda. Al estar un rato dando vueltas decidí irme, hasta que un grito me hizo salir de mis pensamientos.

—¡Ayuda por favor!— Una señora estaba al lado de un hombre quien yacia en el suelo agarrándose la nuca con dolor.

—Atrás por favor. —Dije tratándo de alejarla. —Lo ayudaré pero necesito que se aparte.

—No sé que le pasa, está sangrando—Su voz se quebro ligeramente, estaba angustiada.

—No se preocupe, yo me encargo —intentaba tranquilizarla, hasta que alguien mas gritó.

—¡KIBUTSUJI MUZAN, VAYAS A DONDE VAYAS TE PROMETO QUE NO ESCAPARÁS DE MÍ!

Me distraje al mirar en la dirección donde provenía la voz, lo unico que alcance a ver fue un haori a cuadros verde con negro ya que el hombre se abalanzó sobre mí.

Se había convertido en demonio.

—¿Cariño...? —Al oir la voz de su esposa el demonio me soltó y salió corriendo en su dirección.

—¡Aléjese rápidamente! —Me apresuré a evitar que la lastime, pero alguien me ganó al sujetar a aquel demonio.

Era el chico de antes, ahora pude notar mejor su apariencia, pero mi concentración volvió en el momento en el que habló.

—Apartese por favor. — Sostenía al demonio con fuerza.

—¡Es mi esposo, suéltalo! —la señora intentó apartarlo de forma brusca.

—Espere. —Con un movimiento rápido aparté a ambos, tomando al demonio de forma que quedara inmóvil. —Gracias por tu ayuda. — Dije antes de desaparecer, sin darle tiempo para decir nada.

El chico quedó desconcertado por aquella escena, tenía muchas preguntas pero la que más daba vueltas en su mente fue si era parte de los cazadores.

......

Kibutsuji Muzan, lo tuve tan cerca y no pude ni siquiera verlo pero... Ese chico es de la corporación de cazadores de demonios, el olor de su espada y el uniforme que pude alcanzar a percibir lo delataron, me alegra el que me fui antes de que preguntara.

Suspiré cruzando los brazos, mi mirada estaba fija en aquel demonio que me llevé de Asakusa. Sentí un poco de pena por él.

—¿Qué voy a hacer contigo? —Incliné la cabeza hacia un lado, pensando.

—Déjamelo a mi—dijo una voz que se me hacia familiar.

—¿Señora Tamayo?—sonrió al verme.

—Yo intentaré curarlo, ahora mismo estoy trabajando en una cura para convertir a los inocentes que son convertidos en demonios.

—Lo dejo en sus manos—dije entregandole aquel demonio.

Seguí mi camino y después de un tiempo salió el sol, llegué a un pueblo en donde decidí detenerme a comer un poco.

—Un ramen por favor—dije sentándome en una de las sillas del lugar.

—¡Delicioso!, ¡Delicioso!—Repetían un chico y una chica a mi lado.

Por lo visto disfrutaban mucho su comida, ya que lo repetían cada que comían..... decidí no darles mucha importancia.

—Aquí tienes tu ramen, disfruta tu comida—Dijo amablemente entregándome un plato de ramen recien hecho.

Terminé de comer y salí de aquel local para comenzar a pasear por todo el pueblo hasta que  fuera de noche y todo estuviera solo.

¿Que hace una chica tan jóven sola a esta hora?—dijo una voz atrás de mi.

Volteé rápidamente, pero no había nadie.... Era un demonio sin duda alguna

Que suerte que tenemos, ¿no hermano?

—Yo no diría eso. —dije con una sonrisa.

—Espera, tu no eres humana—dijo molesto.

—Estás en nuestro territorio, los habitantes de aquí son nuestros.

Se lanzó con rapidez hacia mi dirección, con un movimiento rápido quité mi abanico de mi espalda, cortandole la cabeza a aquel demonio, me preparé para atacar al otro demonio que en un movimiento rápido se lanzó a atacarme pero alguien le cortó la cabeza antes de que me lo hiciera.

¿Pero que-...?

Logré observar a un chico con cabello de color amarillo con puntas rojas junto con una chica con trenzas de cabello rosa y verde al final de estas. Eran los mismos qué había visto en la tarde.

—¡¿Qué haces?! ¡Lo tenía bajo control!

Iba a seguir gritándole pero al saber lo que iba a pasar rápidamente taclee a los dos, segundos después hubo una explosión.

—Ese demonio explota cada que lo cortas, ¡Es absurdo!

—¿Cómo? —Aquel chico estaba confundido.

—El demonio original no es ninguno de ellos, tendremos que buscarlo.

De un puñetazo mandé a volar a una de las copias, para probar mi punto dicho demonio no explotó

¡Qué increíble! —la chica estaba asombrada. —mi turno.

Ambos comenzaron a repartir puñetazos a cada demonio qué intentaba atacarlos.

—Dije que esos no son los reales, ¡Dejen de perder el tiempo! —dije frustrada.

—Mientras más demonios golpeen más rápido se cansaran y podré matarlos.

Volteé rápidamente y no habia nadie, intenté buscar una algo en que las copias que no estuvieran igual, pero ninguna hacia nada raro, segundos después logre notar que uno no seguía el patrón de los demás, rápidamente corrí a su dirección y le corte la cabeza pero no ocurrió nada.

Inteligente, pero necesitaras más que eso para vencerme.

Intente percibir de donde venía su voz pero entre sus copias era difícil, me aturdia.

Debido a que ella estaba mirando alrededor tratando de encontrar al original me di cuenta cuando otra copia apareció atrás de la cazadora, solo que esta vez note que era distinto. El original.

Sin perder tiempo tratando de advertirle decidió correr hacia ella sacando su abanico para usarlo de escudo. Mientras tanto el cazador aprovechó para cortarle el cuello, finalmente haciendo que este se desvaneciera en cenizas.

To the one i loved (Kny x tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora