Despertó. Tras examinar el lugar se dió cuenta de que estaba en el sillón de la sala en casa de sus padres... La antigua casa de sus padres, ellos no vivían allí hace casi ocho años.
Se levantó confundida ¿La habían secuestrado?
Examinó los pasillos de la casa, todo le resultaban tan familiar, incluso tenía olor a su hogar, olor a familia.
De pronto escuchó mucho ruido desde el jardín, salió buscando el origen de aquellos ruidos extraños y encontró un gatito blanco de rayas grises atorado en un arbusto ¿Cómo había llegado allí?
Caminó hacia él y se dispuso a sacarlo, el viejo minino le dió guerra, pero no lo iba a dejar allí.
_Oye, solo intento ayudar_ por falta de confianza lo agarro solamente de una patita y jaló todo su cuerpecito hacia fuera. La actitud del felino cambió enseguida, buscando mimos de su rescatista hasta que una presencia ajena se instaló tras la chica.
_Oh, buenos días_ se limpió el lodo de las rodillas y se paró frente a la mujer de mediana edad.
¿Mamá?
La mujer se veía mucho más jóven, lucía su corte característico de sus treintas, a la par de un tinte rojo grosella.
_¡Debes ser la niñera! Sígueme_ sin esperar respuesta se encaminó dentro de la casa.
_si... Espera ¿La niñera?_ pensó en voz alta.
Miró a todos lados aun pensando que podía ser una broma.
La mujer dejó la bolsa con fruta sobre la isla y comenzó a darle un montón de instrucciones que no logró entender.
_Oh, ya llegó la muchacha_ Esta vez era su padre quien hablaba. Vestía de un traje verde seco, se veía importante _Genial, se nos hace tarde_ le dió un beso a la frente a su esposa y bebió una botella yogurt de un trago _Debemos irnos, amor_.
Los adultos dijeron un montón de cosas sin sentido, tomaron sus suéteres, bolsas y lo que encontraban por el camino y se despidieron.
¡Vaya! Pensó.
Debía ser un sueño, simplemente eso.
Sintió ganas de orinar y caminó hacia donde recordaba estaba el baño, pero al abrir la puerta encontró a una pequeña terminando de lavar sus dientes.
Era ella misma, debía tener solo unos nueve años de edad.
_Buenos días_ saludó la niña con una reverencia.
Cuando la niña abandonó el sitio cerró con seguro y se sentó en la taza del baño, solo esperaba no descubrir que se habia hecho pipí sobre la cama cuando despertara.
Cuando salió, la pequeña Leto estaba bebiendo una leche de almendras en la cocina.
Se supone que era la niñera ¿No? Cuando menos debía de darle algo de desayunar.
_¿Qué te gustaría desayunar?_ se dió un golpe en la frente al recordar que era ella misma, debían tener las mismas preferencias.
_Ya desayuné_
¿Cómo? ¿En qué momento?
_¿Qué has desayunado?_ preguntó anonadada.
Letito levantó la caja de la famosa marca de leche de almendras, completamente vacía.
_Eso no es..._ se giró y encontró un dibujo pegado al refrigerador, lo recordaba perfectamente, se lo había regalado a su madre en su cumpleaños, fue una de las mejores experiencias, justamente ese dibujo la había ayudado a descubrir su amor por el arte.
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Stitches |BC
Teen Fiction- ¿En el futuro me amarán?- ¿Que le decía a esa niña cuando sabía perfectamente que no sería así? -BC