서준|01

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—Señorito Joon, las kisaeng ansían por un proximo encuentro. Ya conoce la salida.—

Seo-joon está contento, obtuvo una buena paga. Ser solicitado durante toda la semana valió la pena. Le sería factible para comercializar arroz por unas semanas.

Su denominado "emprendimiento" consistía en un servicio simple pero valorizado en su entorno. Leer.

Vivir en la Hanyang; la capital, no te salvaba de la pobreza en sus alrededores. La clase trabajadora en su mayoria era analfabeta, por lo tanto, su servicio de "lector" era bien recibido. Sin embargo era mas solicitado en las nobles feminas, quienes mas que un lector, buscaban a un narrador, que relaten sus novelas candentes...

Un trabajo qué disfrutaba.

Contento, regresó a su vivienda -temporal-. Pero su sonrisa se desvaneció al momento en que divisó a su amigo/cliente, Ji-woo

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—!Tienes que ir en mi lugar! ¡Te lo suplico Seo-joon!— el castaño casi al borde del llanto, le rogaba al joven lector.

No le vendría mal hacer un trabajo extra. Pero tiene que hacerse el ocupado para recibir más.

Es curioso, las novelas que narra cada semana tienen escenas similares.

—Podría... pero, eso requeriría más...— divagó seo-joon haciendo un seña con sus manos, sobando pulgar e indice, dejando muy en claro lo que desea a cambio.

—Oh, ¡Eso no es problema para mi!— Y de su Hanbok; bolsa de monedas retiró, agitandolas frente a seo-joon —Y esto es solo un adelanto.

Resulta que Ji-woo había "contratado" la ayuda de seo-joon para conquistar a una noble, que lo persuadió con el simple hecho que al ser lector le otorgó una "experiencia". Se llevó una sorpresa cuando se enteró que el destinatario de las cartas, que había estado enviando en nombre de Ji-woo; formará parte de la familia real.

—...y también tienes que vestirte apropiadamente— y le entregó unas ropas de seda, para que pudiera simular que era de la nobleza.

Seo-joon, se despidió de Ji-woo, y una vez ya vestido de noble; se dirigió a su proximo destino, recapitulando la ultima carta que fue enviada.

Carta que desgraciadamente el escribió.

"Sus ojos como perlas negras
Su nariz fina como la luna creciente..."

—"...Sus labios como granada"...?

Hae-min leía la carta anonima con un notable disgusto, su atención dió a pasar en Sun-hee, su hermana; quien era la destinataria de la dichosa carta

—¿Quien será el que quiera seducir a la princesa con estas mentiras?— Miró a la cortesana de la princesa, buscando respuestas.

—Su majestad ¡No tengo idea! Solo recojo las cartas en el lugar prometido.

—"...Y deberiamos vernos antes de que finalize el verano. Te esperaré bajo el arbol en el monte cerca del Gyeongbokgung, ansioso de ver tu rostro..."— Terminó de leer la carta con burla —¿Será mentira?— le preguntó a la cortesana.

—No lo creo, alteza. Recibir las cartas se ha convertido en un rutina habitual para la princesa.

—...¿Y que le diras a la princesa?

—Ah, que usted está preocu-

—Me culparía.

—...Que no tiene permitido sal-

Secreto En La Corte [BL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora