Nicholas es un chico de 21 años devastadoramemte atractivo con un secreto, quien sólo tiene que entrar a una habitación y lanzar su sonrisa ganadora para derretir el corazón de una chica.
Lexa Nimom, es una artista apenas perceptible, cuya vida en c...
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La sigo de vuelta a su pequeña área. Le da palmaditas a la silla y me siento.
Envolviendo la bata alrededor de mí, Debbie comienza a jugar con mi cabello.
— Entonces, tienes que tener alguna idea de como quieres que se vea tu cabello —dice sin dejar de jugar con él.
— Honestamente, no sé ni lo que se vería bien —contesto con un suspiro, un poco derrotada.
— Regresaré —me dice Debbie mientras se aleja.
Mi corazón corre con la inquietud que estoy sintiendo, ruego a Dios no conocer a nadie que entre mientras estoy haciendo esto, Debbie finalmente aparece junto a mi con un par de libros en sus brazos.
— ¿Para que son esos? —pregunto torpemente.
— Elegirás un corte de cabello que te guste —responde Debbie mientras comienza a jugar con mi cabello, otra vez—. Bueno, tus puntas están un poco quemadas, así que tendré que cortarlas un poco, ¿quieres que tu cabello siga siendo largo?
Encogiéndome de hombros respondo—. No lo sé, realmente no me importa, siempre y cuando se vea bien al final.
— Te verás más que bien —responde ampliamente—. ¿quieres un consejo?
Casi sin aliento exclamo—. ¡Si, por favor!
— Digo que lo lleves corto, no como chico, sino como aquí —dice llevando sus palmas a mi cuello—. Después te lo pintaremos.
— ¿De que color pintarás mi cabello? —pregunto vacilante.
Debbie golpea su barbilla dubitativa.
— En realidad, creo que haremos unos reflejos claritos y oscuros, darle un poco de contraste a ese cabello tuyo.
— No tengo idea de lo que acabas de decir, pero confiaré en ti —suspiro—. No puede verse mucho peor de lo que ya se ve.
Tomando un libro, Debbie comienza a hojear las páginas.
— Tienes buen cabello, solo tienes que aprender como trabajarlo. La mayoría de mujeres matarían por los rizos que tienes.
— No me gusta que mi cabello sea rizado —replico malhumorada.
Con una carcajada Debbie contesta—. Amarás tu cabello una vez que sepas que hacer con el.
— Está bien —suelto un murmuro.
— Aquí, este es el corte de cabello que te haré —me entrega el libro con una pequeña sonrisa.
Miro la foto mientras Debbie parece entusiasmada.
— ¿Harás que mi cabello se vea así? —parecía poco realista.
— Conseguiré que tu cabello se vea mejor que eso —susurra inclinándose sobre mi hombro—. Confía en mí, señorita Lexa, serás una nueva persona cuando haya terminado contigo.
