Max le guiñó el ojo a su amigo Sergio mientras jugaba basketball. Su amigo Charles lo empujó divertido y decía, "Solo tiene ojos para ti."
Sergio ya estaba acostumbrado, desde muy chicos en cualquier momento que Max tuviera la oportunidad le decía, "Solo tengo ojos para ti."
Max, Sergio y Charles se conocieron a la edad de 5 años porque eran vecinos y prácticamente crecieron juntos. Los tres iban a la misma escuela y ahora estaban en la misma universidad. Cuando eran pequeños el favorito de Max siempre fue Sergio. Lo llamaba a él, jugaba más con él y siempre empujaba a Charles cuando los veía muy cerca.
"Checo es mío." Diría y le mostraría la lengua a Charles mientras tomaba a Sergio de un brazo. Charles también le mostraría la lengua y agarraría el otro brazo, finalmente terminarían peleando por Sergio. De vez en cuando se peleaban tanto que terminaban enojados por días, Sergio era el que tenía que hablar con Max y pedirle que se disculpara. Max hacía todo lo que él le dijera.
A los 11 años los tres pasaban mucho tiempo en la escuela. Max había formado otras amistades mientras que Sergio y Charles se mantuvieron juntos. Aún así Max siempre se hacía un espacio para estar con ellos y sobre todo para estar con Sergio.
"Pareciera que nos cambiaste." Diría Charles enojado.
Max respondería, "Nunca los cambiaré, además todavía falta que Sergio guste de mí."
Sergio se pondría rojo como un tomate y se iría corriendo.
Sergio estaba en pleno descubrimiento de su cuerpo y de su mente, le costaba manejar sus emociones y unirlas con las acciones. Max lo hacía sonrojar todo el tiempo pero no sabía qué significaba. Cuando lo hablaba con su madre ella solo le decía que eran cosas de niños y que cuando sea más grande las cosas cambiarían.
Por otro lado Max solo pensaba en Sergio y era lo demasiado inteligente y rápido como para darse cuenta que gustaba de él. Además su madre se lo aclaró en una conversación y Max quedó mucho más aliviado. Estaba bien gustar de él y aunque no lo fuera tampoco se iba a rendir.
"Checo, anoche hicimos galletas, te traje algunas para que no pases hambre en la escuela."
"Checo, ¿te sientes bien? ¿Te ayudo en algo?"
"Me gusta como se te ve el azul, Checo."
Max lo llenaba de buenas palabras y detalles, pero Sergio aún no lograba entender lo que estaba pasando dentro de él. Max era su amigo, eso creía en ese momento. Los amigos no pueden ser novios. Y sí, Sergio con el tiempo ya entendió lo que se refería a estar de novios. Los novios se abrazan, se toman de la mano y... se besan. ¿Sergio besando a Max? Le causaba algo extraño en el cuerpo.
Un par de años después Sergio y Charles creyeron que Max ya debería haber superado a Sergio pero no era el caso. Todavía estaba siempre atento, le regalaba cosas sin miedo de que alguien lo viera y le decía palabras llenadoras.
"¿Dónde estuviste hoy? Te extrañé."
Aunque a veces decía tonterías que hacían a Sergio rodar los ojos.
"Lo siento, ¿puedes ayudarme? Creo que me pasa algo a los ojos, no puedo dejar de mirarte."
Sergio lo empujaría para sacarlo del camino y Max pondría sus manos en su corazón actuando que lo acababa de acuchillar.
A los 15 años pasaban mucho tiempo en la casa de Sergio haciendo los deberes. Un día Charles se enfermó y solo estaban los otros dos amigos en la habitación de Sergio. A esa edad Max estaba extremadamente seguro de lo que sentía por su amigo. De vez en cuando le recordaba lo mucho que le gustaba y le preguntaba si es que podría darle una oportunidad. Sergio entraba en pánico y siempre lo rechazaba porque honestamente no le gustaba Max. A él le gustaban las mujeres.