Because loving him was never enough...
Yuusavi... ese maldito nombre. El chico por el cuál estaba muerto desde hace ya bastantes meses, seis para ser exactos.
Nunca pensó siquiera que se convertirían en amigos, ¿la razón? parecía ser alguien bastante serio, pero al contrario, desde el primer momento le hizo saber que simplemente así era su fachada. Una fachada que le parecía jodidamente sexy.
Convivir con él era, increíble. Nunca faltaban las risas, las bromas y jugaderas, todo lo que a Irving le hacía revolotear el estómago.
No lo mal entiendan, solo le pasaba con él, ningún otro idiota lo hacía sentir tan, bien. Los demás eran simplemente, adorno, siempre elegiría a Yuusavi, una y otra vez sin importar que.
Los meses pasaron y su atracción que al principio sintió era momentánea se hizo mucho más grande, a tal punto de desarrollar verdaderos sentimientos más allá que una simple atracción.
Nadie lo sabía, absolutamente nadie. Él no confesaría que le gustaban los hombres y mucho menos diría que Yuusavi era el causante de sus sueños húmedos. De ninguna forma.
En ocasiones, cuando jugaban en broma, lo sentía tan cerca que luchaba contra su mente para que sus mejillas no se encendieran. Su cercanía, su olor, todo, cada día que pasaba tenía muchas más ganas de besarlo.
Rogaba porque los invitasen a una fiesta en común, para beber y tomar de pretexto esto, jugar verdad o reto y poder cobrarse lo que sentía. Descargar sus ganas de una vez por todas. Ser otra de sus chicas...
Había dos chicas de su mismo curso que tal vez notaban sus intenciones con el ya mencionado, detestaba que no disimulaban al shippearlo, incluso decir que él era el de abajo, aunque tampoco negaba que rogaba a todos los dioses que sus fantasías se hiciesen realidad.
Menos lo de estar abajo, eso no.
Un día común y corriente, aburrido a decir verdad. Esperaba con ansias la llegada del chico, dijo que le tenía que contar algo y obviamente quería saberlo.
- Seguro no tarda, deja de estar con esa cara de tristeza, pendejo. - Mencionó Brandon, otro de sus amigos cercanos.
Rápidamente sacudió su cabeza, riendo nervioso por lo antes dicho.
- No es eso, solo dijo que me contaría algo y pues, estoy con la intriga. - Contracto.
- Ajá, lo que digas. - Levanto los hombros, dándole una leve palmada en la espalda.
- Vamos a comprar algo que tengo hambre. - Retiro la mano que descansaba en su espalda, corriendo prácticamente hacía abajo.
Mierda, en su dirección iba Vanessa una de las chicas con las cuales ligaba.
- ¿A dónde tan apresurado? - Cuestiono la más baja, arqueando sus cejas.
- Ahm, yo solo iba a comprar algo, la clase está por comenzar. - Explico, queriendo aventarla para así irse lejos.