Una Omega pelinegra se encuentra acariciando los cabellos castaños de su único hijo, quién se encontraba dormido sobre su regazo, mientras miraba por la ventana del carruaje observando la hermosa vegetación que había del otro lado, soltando un suspiro melancólico, estaba a nada de llegar al palacio principal de la dinastía, dónde encontraria a más de un recuerdo en esas paredes que han visto tanto durante largos años.
La Omega se perdió en sus pensamientos durante largos minutos en los cuales solo miraba a su hijo, volví a observar la ventana notando en esta que ya habían entrado al palacio, con una leve sonrisa en su rostro tomo su capa colocándola para cubrir su cabello y con leves movimientos empezó a despertar al Omega menor, no basto de mucho tiempo para que esté despertara, acomodándose en el asiento.
— Sultana, hemos llegado al palacio. — Se escuchó fuera del carruaje mientras, el castaño se acomoda su capa de la misma forma de su madre y salió primero del carruaje admirando lo hermoso que se veía el palacio y los jardines llenos de distintas flores que no conocían, se posicióno a un lado del carruaje esperando a su mamá.
La Omega bajo unos segundos después,mirando el palacio de su infancia donde pasaron situaciones que deseaba borrar de su memoria, pero no era posible y nuevamente en aquel palacio se formaría un recuerdo más que deseara borrar en el futuro, a lo lejos vió a dos personas paseando que al notar quienes eran, sonrio levemente y empezó a caminar, escuchando los pasos de su hijo y de las criadas detrás de el.
— Principe Jimin — El nombre miro con asombro a la Omega, sin esperar más hizo un leve reverencia al igual que su hijo — Sultana Ji Eun, sea bienvenida al palacio, no me avisaron de su llegada — El Omega pelirubio miro al chico al lado de ella que de inmediato dió una reverencia por respeto.
— Lo sé, se supone que íbamos a llegar en dos días más pero llegamos más rápido — La sultana mantenía una sonrisa observando ahora al hijo de su sobrino — ¿Jungkook,verdad? — La Omega sonrio al ver una nueva reverencia de parte de este — Así es, sultana — El Omega pelinegro le devolvió una pequeña sonrisa — Eres un hermoso Omega, no tengo menor duda de que eres envidiado por muchos — el mencionado solo sonrió apenado por los elogios de la sultana enfrente de el.
Jimin al notar la actitud tímida de su hijo no evitó sonreír más — Hijo, ¿Por qué no hablan tu y el principe SeokJin?, mientras nosotros hablamos — El Omega pelinegro asintió acercándose más al otro Omega, el cual miro a su madre, recibiendo un asentímiento como respuesta, los dos menores empezaron a caminar alejándose de los mayores.
La Omega mayor dejo salir un suspiro, siendo notado por el pelinegro — Sultana, la conozco más de lo que quisiera, ¿Qué aflige sus pensamientos? — La Omega miro al menor sería, no le gustaba demostrar lo que sentía , pero sin más se colocó al lado de este, empezando a caminar, siendo seguida de inmediato.
— Me conoce bastante príncipe, me aflige la boda de mi hijo, en un mes se va a casar y yo sigo sin creerlo — La Omega puso sus manos cruzadas, empezando a jugar con ellas, observando todo el jardín de forma disimulada — La entiendo, como usted sabe mis hijas se casaron a la misma edad de SeokJin y yo también lo hice — Soltó, sin ganar más que un asentímiento de parte de la Omega, puesto que no era sorpresa para nadie aquello.
— ¿Cómo lo pudiste soportar, Jimin?, yo cada vez que veo a mi SeokJin, siento como mi corazón se rompe por dentro y cada vez me niego más a aceptar esa boda — Jimin miro a la pelinegra con una leve sonrisa — No lo se sultana, yo tampoco puedo creer que lo que soporte, después de esas bodas, tal vez Jungkook me ayudó a no ahogarme en mi tristeza. —
La Omega suspiro nuevamente, para ella el Omega a su lado es una de las personas más fuertes que ha conocido en su vida, ¿Soportar que sus hijas sean separadas de el?, no cualquiera lo hacía.
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𝐋𝐀 𝐆𝐑𝐀𝐍 𝐒𝐔𝐋𝐓𝐀𝐍𝐀 𝐉𝐈𝐇𝐘𝐎 - 𝐒𝐀𝐇𝐘𝐎
Fanfiction-¡ATENCION! La Sultana Jihyo ha Llegado. - Las Omegas se inclinaron ante su Sultana. Una bella mujer Omega con largos cabellos castaños que llegaban hasta su cintura, con vestidos de seda y una preciosa corona decorada con bellas piedras preciosas...