Vuelco

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Sintió un vuelco en su corazón porque, justo cuando iba saliendo, lo vio.

Estaba en una esquina, recargado en el barandal de unas escaleras escuchando música.

Estaba tal cual lo recordaba. Su cabello se encontraba en su típica forma de picos; mantenía su ya conocida apariencia ruda y, analizándolo, le parecía gracioso verlo así ya que en la intimidad de ellos dos, aquel chico al que observaba, se asemejaba más a un gato exigente por cariño, antes que a un gato que entre más te acercas, más probable es que te arañe la cara.

Pero como dije, su corazón dio un vuelco porque en el instante en que lo vio, también noto como Katsuki estaba tomando por la cintura a una chica.

Lo peor de todo es que no solo era eso, sino que también la estaba besando.

Esos besos que le brindaba a ella, jamás se los había dado a él. Así como tampoco lo había tomado a él de la cintura en público como si lo hacía con ella.

Sentía envidia...

Cuando ellos dos habían salido él no era así pero, ahora, allí estaba Katsuki, a mitad de la escuela besándose con una chica...

En aquel momento sentía envidia y tristeza.

No entendía nada.

Hace tan solo unos meses que habían terminado y ¿Katsuki ya salía con alguien más?

No la conocía, no sabía quién era ella.

Seguramente era de otro curso, ¿cómo la había conocido? ¿cuándo la había conocido? ¿Acaso él ya lo había superado?

Entre más pensaba, más confundido estaba, y mientras eso sucedía la envidia se aleja de su ser y tan solo dejaba a la tristeza invadiendo su corazón.

No soportaba la imagen frente a él, pero tampoco desviaba su mirada. No sabía a donde más mirar o a donde irse, por lo que simplemente camino. Sin dirección y sin destino.

No sabía que hacer o pensar, tan solo evitaba a Katsuki, como si fuera un conejo huyendo de un lobo.

No negaría que quería verlo, en realidad deseaba verlo, pero al mismo tiempo no podía hacerlo pues, de lo contrario, la tristeza y las dudas se harían más fuertes.

Pero, aunque uno huya, el destino nos alcanza, y a Eijiro lo alcanzo cuando se iba.

Estaba a unos pasos de la salida, tan solo tenía que rodear un edificio para por fin irse, pero, ¿cuál fue su sorpresa cuando vio a Katsuki del otro lado del edificio?

No podía girarse y esconderse. Katsuki estaba frente a él, viéndolo a los ojos.

Pero... no estaba allí por él, Katsuki esperaba a alguien más, seguramente a su novia, porque cuando le vio, se sorprendió.

Pese a todo, esta era la primera vez que se volvían a ver después de terminar y, en ese momento, el corazón de Eijiro volvió a dar un vuelco.

No pudo evitar sorprenderse. No pudo evitar abrir los ojos y tomarse del estómago.

Sin embrago, ese momento no duro mucho, pues ambos desviaron la mirada; así que Eijiro siguió su camino y rápidamente la tristeza lo invadió una vez más.

Recordó a Katsuki besando a aquella chica y recordó cuando aún estaban juntos. Los momentos malos, quizás aquellos por los que habían terminado. Recordó la poca libertad que tenían como pareja, la monotonía, las exigencias, las peleas, los problemas... recordó sus citas, esas donde paseaban de la mano por las desoladas calles, esa vez que hicieron un picnic en medio de la nada. Recordó el primer día que comenzaron a salir, su primer beso... sus buenos y malos momentos y, sin querer, las lágrimas comenzaron a salir de sus ojos.

Las dudas volvían a él.

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