Capitulo cuatro

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Esa noche después de que todo se pusiera nostálgica, empecé a recordar las cenas de acción de gracias pasadas: mi padre siempre terminaba burlándose de las personas que consideraba inferiores, incluyendo a los Baker, y aquí estaban ellos contando felices anécdotas de sus infacias, mi abuelo también, de como ese dia solia despertarse mas temprano que de costumbre para nadar con sus hermanos en un lago cercano, y me senti muy vacio, de nuevo como un tonto por la persona que había sido hasta ahora, esa sensación me obligo a retirarme pronto y salir a tomar algo de aire.

Mientras estaba ahí afuera, observe el patio de los Baker y el sicomoro que crecía en él, y me imagine a Julie trepando hasta la cima y esperaba poder seguirle el ritmo algún dia, y en eso ella se sentó a mi lado me miro y me pregunto:

-¿Ha sido difícil?- no sabia a que se referia con exactitud pero me temía que fuera algo sobre mi padre y evidente ausencia.

- Mmm?-dije tratando de evadir un poco el tema sin mucho éxito.

- Me refiero a que tu vida se volvió difícil de nuevo ahora que te molestan de nuevo conmigo -dijo poniéndose un poco nerviosa de nuevo, y estaba alucinando, yo había arruinado su vida escolar hace no mucho.

- Nunca ha sido difícil por esa razón – dije sintiéndome avergonzado de que ella siquiera pensara eso - supongo que las cosas han estado cambiando muy rápido y las personas han mostrado su verdadera cara últimamente...

- ¿Crees que fingían algo? -preguntó, buscando quizás una pista de algo en mí.

- Quizás yo estaba ciego, no quería ver la realidad- reconocí mi idiotez y mi indiferencia frente a tantas cosas reprochables.

- Todos nos cegamos de vez en cuando para que la realidad... ya sabes, no sea tan difícil -dijo mas bien para si misma, pero se veía tan linda con sus ojos perdidos en la inmensidad del cielo y con el cabello como en la foto del periódico, ondeando hacia atrás y su sonrisa dulce, me hacían sentir en un sueño, también el hecho de que había puesto su mano un poco más arriba de la mía quizás en señal de apoyo, que no podía evitar decirle...

-Te ves muy linda -dije sin poder contenerlo y por primera vez, unas palabras agradables hacia Julie.

- Tú también -dijo ella sonriéndome con un leve sonrojo. No puede ser, ella seguía creyendo que yo era.. - quiero decir, que te ves bien, ya sabes, no linda o bueno... lindo, o en realidad, los chicos pueden ser lindos tamb- empezó a hablar y de nuevo me sentí poseido, pero no quería alejarla por completo de nuevo, asi que me contuve y bese su mejilla y después su mano como para ya sabes, ser un poco mas caballeroso después de tal atrevimiento.

En su mano se sentía su pulso o quizás el mio, ya no lo sabia bien, pero de ese momento especial nos saco el sonido de los pasos de los Baker y mi familia viniendo hacia el portico, asi que empecé a preguntarle a Julie del proyecto de arte de la manera mas convincente posible y ella también trataba al parecer de sonar convincente mientras nuestras familias se acercaban despidiéndose.

Me levante y ella me imito y entonces frente a todos le dije que seguro que este año iban a ganar los proyectos de carpinteria, luego nos despedimos todos y entre a casa, mientras Lynetta me hacia señas de besos al subir las escaleras, a lo que solo respondi "dejame en paz", al estar en la cama mirando hacia el techo recordé cada detalle: la suavidad de su mejilla, el leve temblor en su mano y ese tenue sonrojo, era todo mágico, casi me senti como una niña enamoradiza.

Hasta que algo me hizo bajar de eso nube una media hora después, escuche a papá hablando fuertemente con mamá, sonaba ¿ebrio?, asi que baje lentamente las escaleras.

-¿Asi que fue esa mujer la que te metio esas ideas de divorciarte en la cabeza? ¿te has vuelto aun mas loca?

- No metas a Trina en esto, sabes que estas siendo un mal padre para los muchachos, ya ni siquiera vienes a la casa -dijo ella casi sollozando.

- Claro y la culpa es mia, cuando metes a esa gente embaucadora en la casa-dijo aun mas fuerte él

- No te atrevas a – de repente escuche un golpe y luego otro y mis pies temblaron, pero termine de bajar los escalones y ahí estaba mi padre forcejeando con mamá, asi que no se me ocurrió otra cosa que empujarlo.

- Ya ni siquiera tu me respetas-grito intentando lanzar otra bofetada pero mi abuelo le retuvo la mano, había venido casi corriendo sin que me diera cuenta.

- será mejor que te vayas- dijo él tranquilo pero severo.

- No me vas a echar de mi propia casa -dijo mi padre hirviendo de la ira, mamá sollozaba en el sillon y yo tuve que acudir a ella, mientras el abuelo sacaba a papá al portico quizás para hablarle o echarlo en todo caso.

¿Qué pasaría si empezaban a pelear? ¿Nos echaría de la casa? ¿Por qué había decidido venir a discutir ese tema a esta hora? ¿Hace cuánto lo sabía? ¿Iban realmente a divorciarse?

Todas esas preguntas me atormentaban ahora.

Esa noche mi abuelo le dijo algo a mi padre, no sé que exactamente, pero no volvió hasta unos días después.

Bryce y JulieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora