—¿Escuchaste eso?— le pregunto a Ethan.
—Sí.
Nos levantamos y tomamos nuestras cosas, solo por si teníamos que huir.
Cuando salimos, Greg, su madre y sus hermano estaban vestidos, listos para cualquier huida.
—¿Qué fue eso?— pregunto.
—Los militares están aquí, en esta calle— responde Greg quien estaba cerca de la ventana.
—Debemos irnos— dice Pilar con la voz firme.
Miré por la ventana y vi que estaban a punto de entrar a la casa. Diablos.
—¡Van a entrar a la casa!— chillé bajo.
—Greg, los armarios— dijo su madre.
Greg asintió y me tomó del brazo, me jaló a su habitación y entramos a su armario.
—Oh sí, no nos van a encontrar aquí— dije moviendo la ropa que chocaba contra mi cara.
De repente abrió otra puerta dentro del armario y me empujó. Caí en el suelo sentada de culo. ¡Será idiota! Luego él entró como si nada y cerró la dichosa puerta con seguro.
—¿Qué te pasa? ¿Estás loco?— pregunto.
—¿Podrías dejar de hablar por un segundo? Dios, pareces un loro— blanqueó los ojos.
—No parezco tal ave— dije levantándome del suelo.
Greg encendió un computador y luego otros más se encendieron, eran cámaras. De la sala, de la cocina, el balcón... La habitación en donde yo estaba durmiendo con Ethan...
—Dime que no usabas esto para ver lo que hacía en esa habitación— dije.
—No te creas tan importante— dijo y me acerqué para ver en la pantallas.
Los militares empezaron a buscar en todas partes. Greg cambió de cámaras y mostró la habitación en donde estaban sus hermanos, Ethan y Pilar.
—Mamá, ¿funcionan tus cámaras?— pregunta Greg.
—Si, ahora se dirigen a tu habitación, así que haz silencio.
Apagó los computadores y la luz. ¿Por qué? No sé, pero me alejé lo suficiente de él.
Escuchamos pasos por la habitación, empezaron a tirar algunas cosas y luego escuché la puerta del armario abrirse. No encontraron nada, obviamente.
—Aquí no hay nada— dijo el que había entrado a la habitación.
—El maldito de Killian planeó muy bien su escape— dice otro.
—Salgamos de aquí, con el ruido de las camionetas hemos atraído a varias de esas cosas, y yo no moriré aquí.
Escuché pasos saliendo de la habitación. Greg encendió las cámaras de nuevo y pude ver cómo se iban en sus camionetas.
Presioné el botón para salir de ese lugar de inmediato y luego salí de la habitación. Afuera ya estaba Ethan, Pilar y sus dos hijos menores.
—¿Estás bien?— pregunta Ethan.
—Sí, estoy bien. ¿Lo estás tú?
—Sí.
—¿Son novios?— pregunta la pequeña.
—No— dijimos Ethan y yo al unisono.
—Te lo dije— le dijo Madison a su quejumbroso hermano.
—No sé en qué momento me lo dijiste, pero no me importa...
Greg no terminó de hablar porque se escuchó una explosión por la calle. Nos acercamos a la ventana y nos dimos cuenta que estaban explotando las casas de las personas que vivían cerca.

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Ellos
HorrorGayle, quien se quedó en casa de su padre como era de costumbre, no sabía que su vida cambiaría en una noche y que las cosas que amaba habían sido destruidas por un virus extraño que hace que las personas estén sedientas de sangre y carne humana. Po...