Celos. Juanjo siempre reflexionó sobre ellos. ¿Podían realmente significar algo? ¿O eran solo sus inseguridades expuestas sobre su pareja? En cuestión de meses se conocieron en un concurso de canto; poco después, estalló su carrera como cantantes y, más importante, como pareja. Una aventura que por solitario podría ser vertiginosa pero que gracias a tenerse el uno al otro fue mucho menos doloroso. Hasta que descubrió que sus miedos no estaban infundados en miedos, sino en una realidad.Mentiría si dijera que no se esperaba ver a aquel trabajador de la compañía de teatro musical de Martin aparecer por la mañana en su piso, carcomido por la culpa. Esa fue otra de las peores cosas sobre cómo acabó la relación: ni si quiera fue Martin el que se dignó a sentir un mínimo de arrepentimiento. No se enteró por él, y eso le dolió porque significaba que lo hubiera seguido engañando a sus espaldas hasta que llegase el punto de confrontar los motivos reales que mantenían al vasco ocupado en la compañía hasta tan tarde, cuando llegaba de madrugada a casa y él, como un idiota, lo esperaba en vela. Por lo menos se dignó a no mirarle a los ojos como antes cuando dormían en su cama durante el último mes, donde Juanjo ya sospechaba que algo raro empezaba a suceder.
Pronto se cumplirá el primer aniversario desde que se separaron, y la memoria empezaba a dejar atrás el fatídico último mes de relación para rememorar sus comienzos, sus primeras veces en todo y en el enamoramiento tan genuino que sintieron el uno por el otro. Sin embargo, seis meses después del boom del programa que los hizo conocerse, todo se relajó y llegó la monotonía, la principal asesina de esta escena del crimen.
Esa noche se celebraban la entrega de premios de música española. Juanjo sabía bien que su álbum de ruptura en proceso era de lo más esperado desde que se desveló los términos en los que terminaron, pero no asistía como nominado aún, era un invitado más. No tendría motivos para ir de no ser porque se sentía solo, habría alcohol y, que coño, nunca antes había ido a una entrega de premios de tal calibre.
Así fue como acabó de pie, en la barra del bar integrado en el enorme salón donde se celebraba el evento, analizando cada ilustre de la industria que se reunía por ahí.
Había cierta calma inquietante, hasta que oyó esas cuerdas vocales a escasos metros de él, la dulce y melodiosa voz del hombre que le había puesto los cuernos.
"Juanjo..." Lo pronunció en un suspiro, no podía creer que se vieran después de un año.
"Martin". Se giró. La respuesta fue fría. Claramente le guardaba rencor, pero no quería parecer que llevaba pensando en él desde que se fue. "No pensé que estarías por aquí sin estar nominado a ningún premio".
"Tú tampoco estás nominado y estás aquí".
"Si hubiera sabido que estabas aquí no habría venido..."
Habló más para si mismo que para el otro, por mucho que inconscientemente le alegraba saber que Martin lo oyó.
Tomó un sorbo a su copa, casi llena, mientras se fijaba en lo que estaba bebiendo él. Nestea. Hacía mucho que no lo veía sin beber algo que no fuera alcohol. Lo malacostumbró a la vida del beber sin saber las consecuencias que tendría en alguien tan guapo y hábil en el baile como él en una ciudad hambrienta como Madrid.
"¿Entonces por qué estás aquí?" Preguntó Juanjo con su mirada severa.
Martin sonrió antes de responder. En un gesto atrevido, agarro la cintura del mayor, lo que provocó que se sonrojara cambiando su expresión de dureza a una inofensiva. Se acababa de deshacer en sus brazos con un solo roce y se odiaba por ello. Respondió finalmente al motivo que lo ocupaba esa noche, y por el que había ido realmente:
"Porque yo sí sabía que tú estarías aquí".
Juanjo frunce el ceño, alguien le había dicho a Martin que se encontraba en ahí, pero aunque lo supiera, ¿por qué eso era un motivo para asistir? ¿Qué quería sacar de él? Muchas dudas recorrían su cabeza. Rápidamente se recompone, no se iba a dejar malear tan fácilmente.
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Segundas Oportunidades
FanfictionSe acercó a su oído. Sus mejillas rozaron lo suficiente como para que se les pusieran los vellos de punta ante el leve contacto de sus pieles. Y pronunció, con aquel reminiscente acento euskera, recordándole lo que hace un año Juanjo le juró. "Algún...