Un año antes a la llegada de nuestras protagonistas; los mellizos Lovelight fueron de los primeros miembros de sangre real en inscribirse a Royale High; una preparatoria recientemente inaugurada, que ofrecía la novedosa propuesta escolar de convivir en un mismo ambiente con hadas de todos los once ilustres reinos.
Priya Lovelight, princesa y heredera al trono del Reino del Amor💗, se tomaba MUY enserio todo tópico relacionado con su elemento; para ella, el amor era un objeto de estudio que merecía ser respetado y Royale High parecía ser la oportunidad perfecta para sus...investigaciones.
Y por otro lado, estaba su hermano mellizo: Valentino Lovelight, dispuesto a dejar su tan cómodo Reino para acompañar a su hermana, pero no exactamente por motivos investigativos o culturales...
Aquel chico de apellido ilustre era en realidad un completo casanova; nada le divertía más que "conseguir" a una persona, lograr que caigan rendidos ante él y luego reemplazarlos cuando se empezara a aburrir; como si de meros caprichos se tratasen.
Su título real, así como su apariencia física y gran seguridad al hablar le eran muy útiles; pero también le era fácil leer a las personas; si eran abiertos o cerrados; tercos o dejados; a base de lo que percibía decidía luego si le interesaba añadir otro nombre a su lista de contactos.
Quizás era por ser un Lovelight, pero era innegable que el mellizo tenía mucho talento en el arte de la conquista.
Priya odiaba mucho esta cruel manía de su hermano, a tal punto que llegó a involucrar a sus padres en un par de ocasiones; pero los reyes eran demasiado blandos con su 'adorado hijo', y Valentino muy bueno mintiendoles en sus caras con que "cambiaría sus hábitos".
Y ahora que estaban fuera de su Reino, le sería a su hermano aún más fácil el salirse con la suya.
Ya era su segundo día en Royale High; Valentino se encontraba caminando por los interminables pasillos de su nueva escuela.
- Valentino: maldita sea... Priya nunca dijo que los recesos aquí duraban una miseria; apenas y si tengo tiempo de buscar algo para comer...
El haberse levantado tarde sí que le estaba pasando factura; no había tomado bocado alguno desde que despertó, confiado en que aguantaría perfectamente hasta la hora del almuerzo, pero a este punto su estómago no dejaba de exigirle AUNQUE SEA algo de beber.
¿Lo peor?, durante todo este tiempo no había podido encontrar ni UNA SOLA máquina expendedora.
No solo se sentía frustrado por el tema de las máquinas; al mismo tiempo, se sentía decepcionado de no haberse topado con nadie de su interés hasta ahora. Osea sí, se había topado con muchas caras bonitas pero nada más emocionante que eso.
No le importaba que fuese solo el segundo día, se supone que princesas y príncipes de los otros reinos también estarían aquí, ¿acaso estudiaban en un salón aparte o qué?
- Estudiante X: eeh... disculpa, ¿eres Valentino, verdad? - Una chica se paró en seco frente a él; con sus mejillas claramente ruborizadas y una sonrisa nerviosa, aunque intentaba disimularlo.
Estudiante de cabello y ojos verdes, alas verdes, cabello ondeado hasta los hombros y una boina...un hada de la naturaleza evidentemente. Ella era linda, como la mayoría del resto de hadas de la naturaleza que había estado viendo de reojo. Creo que... ya había decidido su reino favorito.
- Valentino: ¡en persona! Un gusto.
Inclinó levemente su cabeza, cambiando su expresión y tonos fastidiados a algo más amable y relajado. - ¿Puedo ayudarte en algo?- Estudiante X: lamento venir tan desprevenida jaja... ¡Es solo que nunca pensé que te vería en persona!, te sigo en Instagram desde hace un tiempo, ¿Podríamos...tomarnos una foto? — La chica ya tenía su celular en mano, esperando ansiosa un sí de su parte.
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Identidades y ecuaciones trigonométricas
Historical Fictionasdpfkmfmmpkdfkmsdfmkmlkakofgekopvmklñ,lñmaesfl