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narrador sol:
Llegué a casa a eso de las 5 de la madrugada, todavía con la adrenalina de la fiesta corriendo por mis venas. Tenía un nudo en el estómago, teniendo miedo de encontrarme con mi mamá esperándome para retarme por llegar tarde. Pero para mi suerte, no había nadie en la entrada. Respiré profundamente y entré, yendo directamente a mi habitación. Me cambié rápidamente, me puse mi pijama favorita y me acosté en mi cama, cansada pero feliz.
agarre mi celular para revisar las notificaciones antes de dormir, y ahí estaba: una notificación de Jabes.
jabes_saralegui comenzó a seguirte.
Una sonrisa se dibujó en mi cara mientras leía su notificación. el me había caído muy bien en la fiesta, se notaba que era un buen tipo. Apagué mi celular y me di la vuelta, cerrando los ojos y dejándome llevar por el sueño...
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Al día siguiente, cuando terminé de prepararme y hacer todas las cosas necesarias, bajé a la cocina para agarrar algo rápido para comer en el camino hacia la agencia. Pero justo me crucé con mi mamá. Su mirada era de desaprobación y su tono de voz reflejaba su enojo.
-Te pensás que soy boluda? Volviste muy tarde, Soledad.-dijo mi madre, y suspiré resignada. Sabía que iba a recibir una cagada a pedo por llegar tarde.
-Era lejos el lugar, perdón.- respondí tratando de justificarme, pero mi madre negó con la cabeza.
-Vos ya no salís más.-sentenció ella, y la miré con incredulidad.
-Loca, ya soy grande, no vas a estar manejando mi vida.-contesté mientras agarraba un tostado y me preparaba para salir de la casa. Estaba cansada de que mi madre intentara controlar cada aspecto de mi vida.
-Mientras más te distraigas, no vas a llegar a ningún lado.- dijo mi madre con bronca. Sus palabras resonaron en mis oídos mientras salía de la casa y me dirigía a la agencia. Ya estaba harta de esos comentarios constantes por parte de ella.
Después de un rato manejando, finalmente llegué a la agencia. Al entrar, me encontré con Mati.
-¡Mati!.-exclamé emocionada al verlo, y el me miró, sonrió y me saludó efusivamente.
-sol hermosa, ¿todo bien?.-preguntó Mati con entusiasmo, y asentí con una sonrisa en mi rostro. Habíamos pasado una noche divertida.
-Ayer noté que hablabas mucho con Jabes, ¿cómo va todo? ¿Te cayó bien?- preguntó Mati con curiosidad.
-Ay, Matu,Al final, me terminé divirtiendo mucho.- respondí riendo mientras caminábamos juntos por el edificio, dirigiéndonos hacia el lugar donde se llevaría a cabo la sesión de fotos del día.
Y así, entre risas y jofas, comenzamos la sesión de fotos.
La sesión de fotos transcurrió sin contratiempos y, cuando finalmente terminamos, nos despedimos con abrazos y sonrisas. Miré a mi alrededor, mirando a todos mis colegas y fotografos que formaban parte de la agencia.
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narrador omnisciente:
Jabes Saralegui, se encontraba en pleno calentamiento y entrenamiento para el próximo partido. mientras Jabes trotaba alrededor de la cancha, preparándose física y mentalmente para el partido que se venia. Realizaba ejercicios de estiramiento, carreras y pateaba tiros libres con precisión y destreza.
Después de un rato de intenso entrenamiento, el entrenador, el señor Martínez, decidió darles un descanso. Jabes se dirigió hacia el área de hidratación, sediento por el esfuerzo realizado. ahí se encontró con sus compañeros de equipo, quienes estaban charlando animadamente.
-che, ¿qué onda con vos?.-preguntó Exe, uno de sus compañeros, mirando a Jabes con curiosidad. -Te vi con una mina ayer.-
Jabes levantó una ceja y asintió, con una sonrisa pícara en su rostro.
-Sí, ayer la vi algo desorientada en la casa de Mati y quise ayudarla. Después nos quedamos hablando un rato, nada más.
Sus compañeros intercambiaron miradas y sonrieron, entendiendo la situación. Jabes era conocido por su amabilidad y disposición para ayudar a los demás.
Después de terminar el entrenamiento y realizar los estiramientos posteriores, Jabes se dirigió hacia su casa.
Una vez en casa, Jabes se sentó en su habitación, sosteniendo su teléfono en la mano. Estaba en duda si escribirle a Sol o no. No quería parecer demasiado ansioso, pero tampoco quería dejar pasar la oportunidad de seguir conociéndola.
sol.Schneider
Hola Sol, espero que estés bien. Quería agradecerte por la noche de ayer, la pasé realmente bien con vos. Si te parece bien, me encantaría invitarte a tomar algo o a hacer alguna actividad que te interese. ¿Qué te parece? Espero tu respuesta. Un abrazo, Jabes.
M
ientras esperaba la respuesta de Sol, Jabes se recostó en su cama, con la mente llena lo que se espera en la liga. Sabía que el fútbol era su pasión, pero también sabía que había espacio en su vida para nuevas conexiones y experiencias.
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Después de un largo día, Sol volvió a casa y se sentó a cenar. Mientras disfrutaba de su comida, su madre decidió buscar fotos antiguas y se topó con una que la sorprendió.
-noo mira lo que era Valeria ese día, trineo rojo, campera roja y gorro azul, cuando fuimos a Mendoza, hermosa mi nena.
Sol miró a su madre, quien estaba sentada a su lado. Valeria era la hija de otro matrimonio de su madre, y para ella era el orgullo de su vida. Sin embargo, en su hogar no se hablaba mucho de Valeria. Ambas compartían la misma pasión por el modelaje, pero Valeria había decidido seguir su carrera en España. Por alguna razón desconocida, Valeria odiaba a Sol y se había distanciado de ella.
Sol recordó las últimas palabras que Valeria le había dicho: que por culpa de ella, sus padres se habían divorciado. Pero Sol sabía que esa afirmación no era cierta.
-soy yo la de la foto, que es cuando fuimos a Mendoza..-dijo sol
Después de terminar la cena y levantar sus cosas, Sol se recostó en su cama y prendió el televisor para ver algo en Netflix. Mientras navegaba por su celular, una notificación captó su atención. Era un mensaje de Jabes.
Tomando un respiro, Sol decidió responder a Jabes. Quería ser sincera. Escribió con cuidado, eligiendo cada palabra para transmitir sus sentimientos sin revelar demasiado.
jabes_saralegui
Hola Jabes, gracias por tu mensaje. La verdad es que también disfruté mucho nuestra noche juntos. Sin embargo, también quiero ser honesta con vos. Si estás dispuesto a aceptar eso y seguir adelante, me encantaría tener la oportunidad de conocerte mejor. Un abrazo, Sol.
Sol leyó y releó su mensaje varias veces antes de finalmente enviarlo. Ahora solo quedaba esperar la respuesta de Jabes y ver hacia dónde los llevaría su conexión.
