Capítulo 1: Encuentro bajo el cielo nublado

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En una pequeña ciudad conocida por sus lluvias frecuentes y noches serenas, vivía un joven llamado Lucas. Desde que era niño, la lluvia le fascinaba. Los sonidos de las gotas golpeando el techo, el olor a tierra mojada y la calma que llegaba después de la tormenta, eran sus momentos favoritos. A menudo se quedaba despierto hasta tarde, observando las estrellas reflejadas en los charcos de agua, perdido en sus pensamientos.

Al otro lado de la ciudad, una joven llamada Elena pasaba sus días sumergida en la música. Tocaba el piano con una pasión que hacía que las notas parecieran cobrar vida. Sin embargo, la lluvia era su mayor temor. Desde pequeña, las tormentas le provocaban una ansiedad indescriptible. Cada trueno resonaba en su corazón como un eco de miedo, y las gotas que para otros eran melodías, para ella eran golpes implacables de inseguridad.

Una tarde de otoño, cuando las nubes grises se arremolinaban en el cielo, Lucas decidió dar un paseo por el parque. Le encantaba cómo el mundo parecía ralentizarse antes de una tormenta. Mientras caminaba, notó a una chica sentada en un banco, con un libro de partituras en las manos. Era Elena, quien había salido a buscar inspiración, pero ahora estaba atrapada por el inminente aguacero.

Las primeras gotas comenzaron a caer, y Elena se encogió, abrazando su libro como un escudo. Lucas, al verla tan vulnerable, sintió una punzada de compasión. Se acercó y, sin decir una palabra, extendió su paraguas sobre ella.

—Gracias —murmuró Elena, sus ojos llenos de agradecimiento y sorpresa.

Lucas sonrió, sus ojos brillando con la misma calma que siempre encontraba en la lluvia.

—Soy Lucas —dijo, inclinándose ligeramente—. ¿Te gustaría caminar un poco hasta que la lluvia pase?

Elena dudó por un momento, pero la calidez en la voz de Lucas y el refugio temporal que el paraguas ofrecía, la convencieron.

—Elena —respondió ella, levantándose lentamente—. ¿Te gusta la lluvia?

Lucas asintió, guiándola por el sendero.

—Sí, siempre me ha gustado. Hay algo en ella que me tranquiliza. ¿Y tú?

Elena bajó la mirada, sus dedos jugueteando nerviosamente con las páginas del libro.

—Para ser honesta, me da miedo. Siempre me ha asustado. Pero la música... la música es mi refugio.

Lucas la miró con curiosidad y una chispa de interés.

—¿Qué tipo de música te gusta?

—Todo tipo, pero el piano es mi favorito —dijo Elena, una pequeña sonrisa asomando en sus labios al hablar de su pasión.

Así, bajo el paraguas y las gotas de lluvia, comenzó una conexión especial entre dos almas aparentemente opuestas. Lucas, con su amor por la tranquilidad de la lluvia, y Elena, con su corazón vibrante por la música, encontraron en el otro un reflejo de lo que les faltaba. A medida que la tormenta se intensificaba, también lo hacía su conversación, marcando el inicio de una historia de amor que florecería como una melodía bajo la lluvia.

Melodía Bajo la LluviaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora