Olvidarte (Versión Yoonmin)

Olvidarte. Capítulo único

¿Qué son seis años de noviazgo? Para algunos es demasiado, para otros es muy poco. ¿Para mí? Aún no lo sé bien. Todo sigue muy confuso.

Estuve en una relación por un largo período de tiempo. Me sentía el hombre más dichoso del mundo
por tenerlo a mi lado. Siempre fue mi compañero, mi amigo, mi amante. Pasé muchas cosas con él,
prácticamente todo lo experimenté con él. Fue mi primer novio, mi primer hombre.

¿Qué es ahora? Sólo un recuerdo, solo una memoria. Me costó darme cuenta que ya no estará más a
mi lado, que ya no nos reiremos juntos, ni que nos volveremos a besar. Es difícil aceptar que una
relación se ha terminado más cuando jamás me percaté de lo que vendría
Estuvimos seis años juntos, pasamos muchas tristezas y muchas alegrías.
Nos hicimos mucho daño
pero también nos amamos con pasión. ¿Qué fue lo que pasó? Aún no lo sé explicar, sólo tengo la
certeza que jamás volveremos a ser lo que fuimos.

Estaba tan feliz en sus brazos, en su calor, en su compañía que nunca me di cuenta de qué era lo que
realmente estaba pasando con él.

Una tarde de verano me pidió matrimonio. ¡A mí! Sí, a mí. Me dijo que quería pasar su vida junto a
mí, que quería formar una familia y que por fin estaríamos juntos para siempre. ¡Dios! no tenía
palabras para expresar lo inmensamente feliz que fui en ese momento.

Desde que comenzamos a salir hace seis años lo que más deseaba mi corazón era pasar el resto de
mi vida con él, lo supe en el instante en que lo vi. Fue casi amor a primera vista. Me enamoré
completa y ciegamente de él.

Los primeros años fueron difíciles porque ninguno de los dos había estado en pareja antes, así que
no sabíamos reaccionar a ciertas circunstancias. Ambos nos dañamos mucho. Nos dejamos
cicatrices que iban a costar mucho borrar del corazón, pero lo superamos, o eso creía yo.

Él me hizo llorar como jamás antes había llorado, pero también amé como nunca pensé en hacerlo.
Él era mi todo, no concebía el mundo sin él. Me aferré a su amor y cariño como si de eso
dependiera mi vida, y así era como lo sentía.

Con mis comentarios le partía el corazón y él con su silencio me lo rompía a mí. Como dije, nos
hicimos mucho daño, mucho en verdad. Por esa razón fue que en un verano él decidió terminar
conmigo. ¡No podía creerlo! Le rogué, le pedí que no se fuera de mi lado, pero no me escuchó.

Estuvimos separados por año y medio, pero nunca fue una separación al ciento por ciento, pues de
vez en cuando volvíamos a salir juntos y terminábamos haciendo el amor. Así fue por un tiempo,
tiempo en el cual sufrí mucho al saber que salía con otros hombres. Mi corazón se rompió una vez
más, pero no me importaba porque lo amaba.

Luego de un tiempo decidimos volver a intentarlo. Fui nuevamente el hombre más feliz del mundo.
Sentí que esta era la oportunidad para reparar nuestros errores. Volvimos a ser novios, crecimos,
maduramos y la relación se afirmó mucho más que la vez anterior. Éramos felices.

Conocimos muchas partes, viajamos, nos escapábamos. Después de dos años de volver juntos, me
pidió matrimonio. Estaba tan emocionado, mi amor por él crecía cada vez más, cada instante
incluso después de discusiones. ¡Puedo decir que estaba idiotamente enamorado de ese hombre!

¿Qué pasó un día? Habíamos tenido un fin de semana extraño. No sé cómo explicarlo, pero supe
que algo no andaba bien. Faltaban algunos meses, alrededor de cinco, para nuestro matrimonio
cuando todo se vino abajo.

Nos juntamos para hacer algunas compras pero él estaba distante. Siempre, cada vez que nos
reuníamos y él me veía sonreía como un enamorado más, ¡cómo amaba esa sonrisa!, me dejaba sin
aliento. Ese día en particular no sonrió, estaba serio, extraño. Mientras caminábamos se detiene y
me dice: