Cadenas invisibles

**Capítulo 1: Cadenas Invisibles**

Las paredes de la celda eran frías y grises, un eco de la soledad que Bucky Barnes había conocido durante demasiado tiempo. Encadenado, pero ya no a Hydra, sino a las consecuencias de sus actos pasados, se encontraba en el centro de un conflicto internacional que amenazaba con desgarrar lo poco que quedaba de su mundo.

Tony Stark, con la voz cargada de una empatía forzada, intentaba mediar entre los corazones rotos y la justicia. "Steve, Sam, tienen que entender," decía, su mirada oscilando entre la súplica y la firmeza. "El chico puede estar libre de Hydra, pero las sombras de sus crímenes aún lo persiguen. Y no somos solo nosotros; el mundo entero clama por justicia."

Everett Ross, impaciente y con el ceño fruncido, añadió: "Y no olvidemos al Rey de Wakanda. T'Challa no está aquí para juegos diplomáticos. Quiere justicia por la muerte de su padre, y no descansará hasta conseguirla."

La tensión era palpable, cada palabra un recordatorio del peso que Bucky llevaba sobre sus hombros. Pero fue la exigencia de T'Challa la que rompió el precario equilibrio. "Quiero ver al Soldado del Invierno," demandó, su voz no admitía réplica.

Con reluctancia, le permitieron el acceso a la celda. La figura de Bucky, una vez temida, ahora parecía pequeña y vulnerable bajo la luz tenue. T'Challa se acercó, su presencia dominante llenando el espacio. "Por tu culpa, muchos están muertos, incluido mi padre. Y lo pagarás," dijo, su mano apretando el mentón de Bucky con una fuerza que no buscaba herir, sino afirmar su poder.

Bucky levantó la vista, sus ojos azules nublados por el remordimiento. "Lo siento," murmuró, su voz apenas un susurro. "No recuerdo... pero eso no cambia nada. Lo siento."

La respuesta de T'Challa fue helada, cortante como el viento de la montaña. "Hubiera sido mejor si hubieras muerto en la guerra. Al menos entonces, solo habrías sido un héroe caído, no un monstruo."

Las palabras golpearon a Bucky como balas de plata, cada una un recordatorio de su pasado manchado de sangre. "Yo también desearía haber muerto entonces," confesó, desviando la mirada. "Nada de esto ha sido fácil."

T'Challa se inclinó, su aliento cálido contra el oído de Bucky. "Eres un asesino. No mereces compasión."

Un temblor recorrió el cuerpo de Bucky al escuchar esas palabras, pero antes de que pudiera responder, T'Challa se detuvo, su nariz captando un aroma dulce y amargo a la vez. "¿Eres un omega?" preguntó, sorprendido.

Bucky asintió, su cuerpo temblando ante la revelación. T'Challa soltó una carcajada, pero no había alegría en ella, solo una amargura que reflejaba la complejidad de sus emociones. "Toma esto," dijo, deslizando una pastilla entre los labios de Bucky. "Es para prevenir un celo. Trágala rápido."

Bucky obedeció, y mientras T'Challa se alejaba, le aseguró que hablarían más tarde. "Algo no cuadra aquí," murmuró antes de salir.

Solo en su celda, Bucky se permitió sentir el latido acelerado de su corazón. Por primera vez en mucho tiempo, un alfa había mostrado algo que no era desprecio. ¿Sería posible que incluso en las profundidades de su desesperación, hubiera espacio para la ternura?