La brisa de octubre se colaba por la ventana abierta, enfriando la habitación, pero el calor entre ellos era innegable. Max siempre le gustaba Octubre, porque siempre su papi Sergio, lo consiente y le da mucho.. pero mucho, placer.
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Historia modificada, así serán todas. Modificaciones antes de sacar nuevas historias o OS.
𝐀𝐝𝐯𝐞𝐫𝐭𝐞𝐧𝐜𝐢𝐚𝐬. Boypussy + Boytits & Max 19años + Sergio 31años • 𝐃𝐀𝐃𝐃𝐘'𝐒 𝐏𝐋𝐀𝐘𝐓𝐈𝐌𝐄 • Max Bottom • Checo Top.• Disfrute.
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𝐄𝐒𝐏𝐄𝐂𝐈𝐀𝐋𝐇𝐀𝐋𝐋𝐎𝐖𝐄𝐍
𝐄𝐒𝐏𝐄𝐂𝐈𝐀𝐋𝐇𝐀𝐋𝐋𝐎𝐖𝐄𝐍
Las noches de cine son para papá.
Acurrucado a su lado, como una bolita con un pulgar a medio camino en su boca, una manta azul bebé envuelta alrededor de su pequeño cuerpo y su osito de peluche azul favorito en brazos, Max estaría encantado de ver cualquier película que Sergio sugiriera, cualquiera era muy buena. Juntos pasarían el resto de la noche, sumidos en la calidez de su propio mundo.
Mamá había salido no hace mucho, alegando que se encontraría con algunos amigos y amigas en un bar cualquiera y se dormiría en casa de cualquier persona, algo habitual, ya que esta disfrutaba brindándoles a Max y a su papá tiempo de calidad a solas.
El brazo tatuado de Sergio descansaba sobre el apoyabrazos del sofá con un cigarro encendido entre los dedos. Su uña daba ligeros golpecitos al rollo de vez en cuando, mirando entre el televisor y la ventana abierta para liberar el olor de la casa.
Sergio ya sabe que la madre de su bebé, se quejaría como loca del olor que queda en el pijama de Max, pero a Sergio le importa una mierda. Pero, para Max, a quien no le gusta ver a mamá enojada, Sergio lo hace para calmar los nervios del niño.
Perezosamente, su otra mano juguetea con el dobladillo de la ropa de Max mientras da otra calada y sopla en dirección a la ventana.
─ Papá ─ dijo Max, mirando hacia abajo, mientras la pequeña voz tarareaba suavemente en respuesta. Sus lindos ojos azules parpadeaban hacia él─ . Hace frío. Mucho frío, ¿Puedes cerrar las ventanas?
Un escalofrío recorrió su columna vertebral cuando la brisa de octubre lo envolvió, por lo que se acurrucó más cerca del costado de Sergio en busca de calor.
─ Ya casi termino ─, mintió Sergio, dándole un suave puñetazo en la nariz a Max, lo que provocó que el pequeño soltase una risita. Sergio sonrió levemente al escucharla─ . Entonces te calentaré enseguida. ¿De acuerdo?
─ ¡Hmmm! ─ , Max asiente con la cabeza felizmente, sonriendo alegremente mostrando tan perfectos dientes.
Esas mejillas regordetas y sonrojadas, ay, cómo Sergio quería morderlas y besarlas a cada rato, hasta dejarlas llenas de besos, dientes marcados o cosas así. ¿Cómo podía tener a un niño tan adorable acurrucado a su lado?
