¡Number Extra!

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Ella se paseaba de pasillo a pasillo en paz, pensando que debía hacer ahora mismo.

Su trabajo había terminado y podía o irse o quedarse. Había preferido quedarse, ya que quería darle algo a Huggy Wuggy porque hace rato que no lo veía, se le hacía extraño.

Se estuvo escabullendo de todos sus compañeros para llegar a la zona donde escucho que el peluche estaba. Lo había encontrado sentado contra una pared pensando y cuando se acercó lentamente, se tropezó con algo causando un poco de ruido, por lo que eso alertó al peluche.

Este mismo se volteo en esa dirección y al ver la silueta de alguien su boca se abrió pero luego se cerró al ver que se trataba de su persona favorita en todo ese infierno. Se fue rápidamente donde ella la cual se sorprendió un poco al verlo correr en su dirección.

Los dos chocaron y cayeron al suelo, la más pequeña siendo abrazada por los brazos más peludos del contrario quien le lamio la cara como si se tratara de un perro.

- "¡Huggy! Jajaja ¡Para!" - Exclamó divertida y, a su vez, enternecida por la bienvenida de su muñeco favorito y único.

El nombrado solo se detuvo un momento pero luego froto su cabeza contra la de ella. La mujer solo río levemente y no dijo nada.

Él se levantó del suelo, cargando y abrazando a la chica quien estaba feliz por ver la felicidad de su peluche.

- "¿Como estuviste, Huggy?" - Pregunto con una sonrisa al respecto al verlo. El azulado no le respondió un momento hasta que uno de sus brazos dejó de estar enrollado en ella y trató de levantar el meñique en respuesta como diciendo que estuvo bien. Luego volvió a envolverla con él.

A decir verdad, no lo estuvo, tantas inyecciones y cirugías a su cerebro le hacía odiar cada vez más su vida pero el solo pensar en Evangeline su sonrisa forzada se volvía verdadera. Desde que conoció a la humana, le agarro mucho cariño por su dulce aroma y su acaramelada forma de ser.

Después de todo esos científicos ya iban a poder conocer su ira y iban a morir por todos sus pecados, solo había que ser pacientes.

Tosio un poco y trató de hablar, causando que la chica se preocupara ya que sabe que Huggy tenía un problema que causaba que su garganta este algo lastimada.

Ella no lo sabía pero la garganta del pobre estaba tan lastimada por los gritos de dolor y desesperación que despegaba cuando le hacían algo o cuando quería que lo dejaran en paz y se negaba a hacerse otra cirugía.

La contraria solo lo miro aún con preocupación hasta que él tosio otra vez.

- "... T-Te... Qu-..." - Tosio mucho más y luego dio una pequeña arcada hasta que lo logró, a duras penas. - "T-Te.. Q-qui-quie.. ro... E-Ev-van... Ge-geli-... N-ne" - Dijo con algo de dolor, aunque su voz seguía ahí, su característica voz.

La consorte no dijo nada, solo sonrió dulcemente y se movió un poco para sacar sus brazos. Tomó suavemente el rostro del peluche mientras le sonreía y este solo se froto un poco contra su toque y la miro con los ojos más brillosos.

A la menor le dio ternura ver eso, ya se le hacía común tener que ver los ojos de los juguetes brillar.

Por otro lado, la fémina se le acercó y le dio besito en su imaginaria nariz, causando que el juguetil se quedará quieto en su lugar analizando un poco. Era obvio que ella lo hacía solo por cariño, lo hacía de vez en cuando con los demás juguetes con los que tenía una buena relación.

Pero en cambio, el peluche solo se había sonrojado, obvio no se notó por su pelaje así que su contraria no lo vería.

Ella río suavemente hasta que recordó y le pidió a Huggy que la bajar, algo que él obedeció. La menor saco algo de su bolsillo y se lo dio al más grande. Era una bolsa de dulces junto a un chocolate. No era mucho pero al menos era algo, pudo conseguirlos debido a una amiga y compañera suya que los vendía así que los trajo con mucha alegría.

Su contrario miro los dulces con curiosidad, hace mucho tiempo que no había visto unos. Olfateo un poco y el olor a chocolate llegó a sus inexistentes fosas nasales.

Sus ojos brillaron y la más pequeña en altura acerco la Bolsa con los dulces para que los tomara. Huggy los agarro rápidamente y sus ojos brillaron aún más al sentir el olor a chocolate y varios dulces hacerse más fuerte.

Evangeline se río levemente mientras lo miraba hasta que saltó al ver que el muñeco estaba por comerlos junto a la envoltura.

- "¡H-Huggy! ¡No puedes comerlos con la envoltura puesta!" - Exclamó, llamando la atención del gran juguete quien la miro curioso de lo que hablaba. - "Damelos y les quitare el envoltorio" - Dijo con amabilidad mientras el solo miro la bolsita y se la dio.

La menor los tomó, agarro el chocolate primero y le quitó el papel que envolvía para después hacer lo mismo con el envoltorio de los demás dulces los cuales se los dio a su peluche favorito y este mismo se los comió alegremente.

Tenía prohibido comer algo más que no sea carne o algún otro alimento relacionado. Le decían que era porque era más saludable por el nuevo cuerpo que tenían pero no creía ya que Candy Cat comía dulces muy seguido.

Aunque esos dulces que le daban en realidad eran h-

Él ahora se encontraba siendo acariciando en la cabeza por su persona favorita. Le encantaba que ella haga eso, más por su suave tacto y sus delicadas caricias.

Es triste saber que no puede hablar con ella y decirle toda la verdad sobre ese horrendo lugar donde solo torturan niños y trabajadores. Su mayor miedo era que la de cabello castaño sea convertida en un monstruo juguetil como le pasó a él.

Era aterrador pensar en eso.

Pasaron dos horas y ella ya tenía que irse porque debía ir a su casa para hacerse una Rica cena y también ir a dormir.

Él solo salto ante eso y la abrazo miedo para luego lamerle la cara y soltarla. La de ojos ámbar estaba acostumbrada a ese tipo de despedidas, Huggy ya lo había hecho varias veces cuando se iba.

Cuando se fue, el peluche fue cesado y llevado a el laboratorio otra vez. Debían hacer unas cuantas cosas más en su cerebro para que sea el juguete perfecto que deseaban que él sea.

Obviamente el peluche hizo de todo para que lo dejaran, casi que en un momento se libera a ataca a todo el mundo pero por suerte lograron hacer sus experimentos y fue llevado a su Cámara de contención.

Si estuvieses ahí, sabrías con solo escucharlo gritar cuan doloroso era estar en su lugar.

~ 𝘕𝘶𝘦𝘴𝘵𝘳𝘢 𝘍𝘢𝘷𝘰𝘳𝘪𝘵𝘢 ~ [Pausada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora