SERENDIPIA

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KILIAN

CAPÍTULO 1

SERENDIPIA

Significa hallazgo afortunado e inesperado que se produce cuando se está buscando una cosa distinta.

Canción: Love Story- Indila

Debí escuchar a mi mamá, no sé cómo no aprendo a estas alturas, nadie me conoce mejor que ella, claramente me dijo que me llevara los sándwiches que me preparó, y me negué porque creí que el camino sería más corto, y no me daría hambre tan rápido. Maldición.

Quizá no habría demorado tanto en la estación de gas sí esta lluvia me hubiera permitido bajarme antes del coche, no debí estar una hora encerrada esperando no mojarme, al final no importó, tenía sed y baje a comprar una botella de agua, grave error, mi ropa está empapada, mi cabello ni se diga, el morado luce más intenso de lo mojado que esta, tengo frío, y sí, tengo hambre.

Estúpido camino tan largo, estúpido trabajo mal remunerado, ¿En qué momento me decidí por periodismo?

— ¿Disculpa linda?— La voz de una mujer me distrae, pero no logro ver a través de la ventana por lo empañado que está, por lo que la bajo un poco.

— ¿Sí?

—Tom y yo nos preguntábamos sí quisieras pasar un momento cielo, rentamos habitaciones en nuestra residencia, y a pesar de que ya no nos quedan lugares, podemos invitarte un café, llevas casi dos horas aquí, y al parecer estás temblando, ¿Quieres pasar?— La señora me mira amable, debe rondar los sesenta años, pero tiene una apariencia elegante y dulce, levanto un poco más la vista y veo al que parece ser Tom, espiando por la ventanilla.

—Muchas gracias pero- —Quise decirle que las estadísticas apuntan a que la mayoría de secuestros entre los años sesenta y setenta empleaban una táctica similar para acercarse a sus víctimas, sí, soy paranoica, o como diría mi madre, precavida.—No hace falta.— La amable mujer me mira un momento, levantando una de sus cejas mientras me estudia con atención.

—Hay chimenea... y chocolate caliente, con malvaviscos.

—Bueno. — Me quito el cinturón, tomo una pequeña mochila que llevo conmigo a todos lados y bajo. Igual mi madre no sabrá de esto.

—Me llamo Amelia por cierto. — Me toma del brazo y me guía a la entrada, pero a mí me apena estar tan mojada.

—Yo soy Lieve, muchas gracias por esto Amelia. — A penas cruzamos la entrada, el calor acogedor me recibe, hay voces de fondo de personas sumidas en sus conversaciones, se alcanzan a ver desde donde yo me encuentro.

—Permítame señorita. — El que supongo es el esposo de Amelia, se ofrece a llevar mi abrigo y tomar mis cosas, solo le doy el abrigo, pero parece ser tan amable como su mujer.

—Gracias. —Aún sigo recorriendo el lugar con la mirada cuando Amelia ya ha puesto una taza de chocolate caliente frente a mí, y lo mejor, sí tiene malvaviscos, vuelvo a agradecer y me llevo la taza a los labios, el calor recorre mi garganta, está delicioso.

—Y, ¿Vacaciones o negocios linda?—Amelia me guía a un sofá un poco más al fondo, en la sala de estar, donde sus huéspedes están distribuidos conversando unos con otros, pero nosotras nos sentamos cerca de la chimenea.

—Humm... Trabajo. Soy periodista.

—Oh, ¿eres la que cubrirá este año el tema de la fundación?— Me sorprendo al escucharla.

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