Pesadillas. (IRONSTRANGE)

2. Oscuridad y Más Oscuridad.

Aparcó su lujoso automóvil frente a aquella casa bastante misteriosa y arcaica. Era loco que aquel hombre misterioso viviese tan cerca suya, se preguntaba si tenía algo qué ver.

Golpeó la puerta dos veces y el sonido de la madera hizo un eco quizá espeluznante pero Tony no daba su brazo a torcer, se mantenía estoico frente a aquel rectángulo de madera.

La puerta se abrió de manera misteriosa, digna de una película de terror bastante mala. Stark rodó los ojos y se internó en aquel lugar.

—¿Holaa?, ¿Hay alguien aquí con vida?

Fue entonces que una persona ya conocida para él se hizo presente.
Levitando, bajó Stephen Strange las escaleras.

—Sí lo hay.

—¡Vaya, eres tú! —espetó Stark como un suspiro aliviado, era bastante reconfortante darse cuenta de que sí era real aquel hombre.

—Claro que soy yo. —contestó el hechicero.

—Espera, ¿quién eres? —el genio se percató que, aunque lo reconocía, no tenía idea alguna de quién podría ser.

—Creo que la pregunta debería ser, quien carajos eres tú, acabas de venir a mi casa y no sabes quién soy, no suena lógico.

Stark dibujó una sonrisa de auténtica burla en su rostro.
—Por Dios, sé que sabes quién soy. Todo el mundo lo sabe.

—No te creas demasiado importante, amigo.

—No es que lo crea, simplemente lo soy —lo miró con desdén fingido.

Fue entonces que se percató de que ni siquiera se conocían formalmente y ya tenían una batalla de egos sumamente extraña.

El hombre más alto hizo un gesto con su mano y de pronto ambos ya estaban sentados, uno frente al otro.

—Wow —espetó Tony sorprendido pero divertido.

—¿Ya vas a decirme el motivo de tu visita?

Stark sintió un mareo, solamente se tomó la cabeza y trató de poner los pies en la tierra.
—Bueno, presiento que lo sabes pero… al diablo, soñé contigo.

Entonces la sonrisa con burla se instaló en el rostro del hechicero.
—¿Y debería sentirme halagado por eso?

Stark lo miró con cara de pocos amigos.

—Esto es en serio, yo- yo estaba teniendo… —quiso sincerarse y decir la verdad pero no podía mostrarse tan vulnerable ante alguien que acababa de conocer— yo estaba soñando y de pronto alguien extraño apareció en mis sueños y- —sabia lo estúpido que iba a sonar pero ya daba igual— y bueno, luego apareciste tú y comenzaste a pelear contra ese sujeto.

Stark, no tenía experiencia recibiendo burlas o algo similar sin embargo por lo narrado, una parte de él esperaba una carcajada de parte del contrario pero no hubo tal reacción.

Strange lo miraba a los ojos como examinándolo y Tony nunca perdía una batalla de miradas.

—Pensé que tendría que ser yo quien te buscara. —dijo al fin Stephen y se puso de pie.

Fue entonces que Tony se sintió más asustado, una parte de él deseaba que todo hubiera sido una tontería suya, pero si éste hombre decía eso, quería decir que no era tan solo un sueño.

—Espera, ¿quieres decir que sí estabas allí?

Tony se puso de pie y se dispuso a seguir el recorrido del hombre más alto.

—Sí.

—¿Y qué mierda estabas haciendo en mis sueños? —atacó Stark.

—Protegiéndote, animal.