—"Los niños deben ser educados y protegidos"—Era algo que Krzysztof solía decirle.
Mientras afilaba su daga en el piso de su fría y oscura celda, Robert recordaba con nostalgia aquellos años, esos tiempos en los que aún vivía con sus padres, cuando el mundo era perfecto y Robert era el rey de su propio castillo, pero por desgracia su pequeño reino se vio arrasado por el fuego.
A los quince años y mientras ayudaba en la granja familiar, ocurrió, tal como si fuera un tifón, un grupo de bandidos llegaron de repente e hicieron pedazos el mundo de Robert, sus recuerdos felices se destruyeron y en su lugar solo quedaban el fuego, los gritos, el olor a sangre y carne quemada.
Todo lo que había de valor en aquel lugar fue robado, todo incluyendo a las personas, los alfas jovenes como él fueron vendidos como esclavos que se desgastarian hasta la muerte haciendo los trabajos más inhumanos, pero, por otro lado, Robert se creía afortunado, lo que él estaba pasando no era nada comparado al destino de los omegas, obligados a parir y ser esclavos sexuales hasta que sus cuerpos no pudieran más, estaba seguro de que esas pobres almas serían más felices muertos.
Desde que fue capturado y vendido había sido obligado a pelear por su vida, hasta que un día simplemente dejo de importarle, dejo de soñar con salir de aquel lugar y ver a sus padres y a sus amigos, suponiendo que seguían vivos, tenía demasiada sangre en las manos como para poder verlos a la cara.
Un sonido al que ya estaba acostumbrado llamó su atención, desde el interior de su celda pudo ver a los guardias pasar tranquilamente mientras arrastraban el cuerpo sangrante del pobre diablo que había llegado hace tan sólo un mes.
Cuando fue capturado había al menos 20 chicos más, todos ellos ahora estaban muertos, algunos habían llegado ya heridos, otros sucumbieron a las enfermedades y al resto, Robert los había asesinado.
Aymeric Laporte, el hijo del terrateniente, se había obsesionado con la cultura de roma, sin nada mejor que hacer con su existencia se decidió a recrear las peleas de gladiadores en su propio pais usando a los esclavos que compraba y así compartir con otros nobles perversos sus mismas y oscuras aficiones, para ello se reunían en secreto a observar y apostar a costa de la vida de personas que habían tenido la mala suerte de caer en sus manos.
Sin entrenamiento ni nociones de pelea, dos pobres diablos eran arrojados a un rústico coliseo, en donde eran obligados a pelear entre sí o sí no ambos serían asesinados, a la audiencia no le importaba en realidad si las víctimas peleaban o no, lo único que querían era sangre.
Robert recordaba muy bien su primera pelea y a Karim, su primera víctima, apenas fueron arrojados a luchar, Karim cargó contra él con el cuchillo que le habían dado como arma totalmente desesperado y determinado a sobrevivir, Robert quien pese a detestarlo no quería matarlo, retrocedió y trato de pensar en algo, pero con sus opciones agotándose, al final no tuvo más remedio que enterrar su propio cuchillo en la garganta de su oponente ante los ruidosos gritos y aplausos de los espectadores.
—"Era él o tú, muchacho"—Le había dicho un viejo guardia que se encargó de escoltarlo hasta la celda en donde era encerrado junto a sus compañeros, con el tiempo el número de ocupantes fue disminuyendo hasta que pasados cinco años, Robert fue el único que quedó.
Indiferente y resignado a su destino, Robert dejo de pensar y decidió descansar antes de su próxima pelea, cerró los ojos y se dedico a dormir, pese a odiar su vida tampoco quería morir y debía estar preparado, aunque lo negara en alguna parte de su corazón albergaba la esperanza de salir de allí.
Mientras tanto, muy lejos de ahí, Pablo Gavira, Frenkie de Jong, Adres Inista y Hansi Flick, mantenían una seria conversación.
Hansi Flick, el Shogun, había escuchado las preocupaciones de su pueblo y desde hace algunos años se había estado reuniendo con los señores feudales en busca de una solución, las actividades de Aymeric y sus secuaces no habían pasado inadvertidas del todo para la población y Hansi estaba decidido a ponerles un alto.
Aymeric llevaba años haciendo lo mismo por todo el país y fue inevitable que eventualmente alguien demasiado listo y observador, en este caso Pablo Gavira, se percatara de su relación con los ataques y los secuestros, intuían que usaban a los alfas y omegas como mercancía o mano de obra, después de todo Aymeric poseía una fortuna considerable que crecía constantemente, pero sus negocios conocidos no parecían generar gran ganancia.
Aún así, Hansi no planeaba desplegar un ejército contra Aymeric por las suposiciones de un joven Omega, si querían su ayuda debían llevar cuando menos una prueba o darle un sitio en donde pudieran comenzar a investigar.
—Si me permite decirlo, creo que los alrededores de su castillo son sitios muy sospechosos.—Dijo Gavi.
—Es decir, tiene muchos guardias y centinelas rodeando el perímetro trasero y tiene aún más en la base de la montaña, pero su propia mansión apenas y tiene la cantidad de vigilancia necesaria.
—Kylian, dame el registro de propiedades de Aymeric.—Pidió Hansi, un joven alto y musculoso le acercó lo solicitado, Hansi leía cuidadosamente lo que estaba escrito del puño y letra del mismo Aymeric.
—No hay nada declarado aquí, está ocultando algo, encuentren lo que esconde, Kylian irá con ustedes y el decidirá si debo interferir yo o debo dejarlo en manos de Andres, háganlo hoy mismo, retirense.
Hansi siendo un hombre ocupado no tuvo tacto al echar del lugar a sus invitados.
—Señor ¿Le parece bien si reúno un batallon de soldados para investigar está misma noche?—Frenkie fue el primero en sugerir la idea.
—No, perdon Frenkie, pero creo que lo mejor sería que solo fuéramos unos cuantos a investigar, si vamos muchos sería más fácil detectarlos y más difícil coordinarnos, además no pretendemos iniciar una batalla eso no nos corresponde, solo encontremos una prueba.
No era habitual en Gavi estar tan serio ni mucho menos llevar la contraria, pero se sentía inquieto y desesperado, desde hace años que algo en su pecho y su mente le decía que aquel hombre era peligroso, pese a ello se sentía en extremo atraído a él, Aymeric tenía algo que le pertenecía a Pablo y este último estaba determinado a quitárselo, sin estar seguro del por que, Gavi sentía que el tiempo se terminaba.
Miren quién decidió volver, jajaja bueno era hora.
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Gladiador
RomanceEl dolor y la sangre eran cosa de todos los días para Robert, alguien muriendo frente a él no era nada nuevo, pero en cuanto vio a ese patetico Omega tratando de protegerlo con desesperación supo de inmediato que debía salvarlo y protegerlo. Lo que...