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La noche era tranquila, había algo de ruido afuera, ruido que era provocado por el viento y las ramas de los árboles. Un joven, con el cuerpo pequeño que le hacia parecer que era unos 7 años menor, se encontraba en silencio, acostado sobre su cama, mirando el techo de aquella habitación.

Se levantó tranquilo, salió de aquella habitación y salió al exterior. Vio que era muy noche, le calculaba las 9 más o menos. Empezó a caminar sin rumbo alguno, cuando se dió cuenta, estaba parado en el viejo muelle de la isla, mirando el mar en silencio {Ahora que hago} pensó el joven. Se encaminó un poco más cerca del mar, dió un paso más y su pie quedó extendido en el vacío que se formaba abajo.

Pisó y fue hacia adelante, caminando sobre el agua, tranquilo, no era muy profundo para ser exactos. Además, él quería algo de tranquilidad después de lo sucedido hace algunos meses. Ya llegaba su cumpleaños, un año más y menos de vida.

Siguió caminando hasta llegar a mar profundo, donde se detuvo de golpe, miro al vasto océano delante de él. Se dió media vuelta, y sé dió cuenta que su isla natal nose encontraba a la vista, suspiro.... eso fue lo único que hizo, antes de soltar su cuerpo y desmayarse. Su cuerpo empezaba a hundirse; su nariz, oídos, ojos y boca, empezaban a sangrar nuevamente.

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No sabía donde me encontraba, desperté por el movimiento del lugar, el cual supuse que era un barco. Abrí los ojos y me senté en aquella camilla, no quería saber nada, si me habían raptado para que me vendan... no me importaba mucho, después de todo, yo... ya no era virgen. Las cosas no podrían ser más peor de lo que fueron o ¿sí?.

Bueno, no importaba, escuché unos pasos que se iban acercando cada vez más. Me senté a orillas de aquella camilla y miré la puerta.

Un joven con ropa de Marine se acerco y me miro fijamente, cosa que me hizo sentir incómodo.

▪Al parecer ya despertaste, ¿te encuentras mejor? *preguntó con una sonrisa*

Suspiré y sólo asentí, me molestaba su presencia pero, a la vez me aliviaba, sonreí y el joven pareció sonrojarse. Sonreí aún más, sabiendo que habilidades tenía contra las personas jóvenes, pero dejé de hacerlo, no quería jugar con los sentimientos de nadie.

El joven Marín me siguió conversando con emoción, yo sólo le miraba con interés y curiosidad. ¿cómo me encontraron?, ¿pasó algo mientras estaba inconsciente?. Esas eran las preguntas que circulaban en mi mente mientras miraba al Marín.

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Después de que el joven Marín se fuera, y que antes de irse, me dijera que podía salir si quería recibir algo de aire fresco, salí. Cuando lo hice, algunos marines se me quedaban mirando, yo pasé de largo, no sin antes saludarlos diciendo: "buenas". Era lo único que decía al no saber que horas del día eran. Salí a la cubierta del barco y me quedé algo ciego al ver la luz del día, entrecerré mis ojos y caminé, saludando a los marines que pasaban a mi lado.

Llegué al borde y me quedé mirando el mar, en silencio, pensativo. Pasó un tiempo y algunos marines me llamaron, ya que su "líder" había solicitado mi presencia. Me dejé llevar por ellos...

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Pasaron algunos días, y me estaba acostumbrando a la presencia de todos en este barco de la Marina, veía como se enfrentaban a los piratas. Emoción, era lo que sentía al verlos luchar contra aquellos piratas, aunque, también pasó que reconocí a un pirata en particular, que fue arrestado por la Marina. Cuando el pirata me vió, sonrío de manera siniestra, cosa que no me importó ni tampoco logró crear alguna reacción de mi parte, cosa que lo molestó.

Ahora, me encontraba en el borde del barco, mirando el mar, con leve miedo al ver que tan alto era. Siempre que estaba en el borde, me agarraba fuertemente del filo, aunque lo aparentaba muy bien, muchos de los marines se habían dado cuenta que tenía cierto nivel de vértigo.

Después de unos días, habíamos llegado a una isla. Algunos marines bajaron y yo, como siempre, me quedaba mirándolos como iban a explorar de cierta manera la isla. No me importaba mucho el salir, hasta ahora, no me acostumbro a hacerlo si no es con alguien a mi lado.

Mamá me manda solo a comprar las cosas, pero era porque ella tenía confianza en que no me trabaría al hablar con alguien o, simplemente me desmayara en medio del bosque, como me pasó una vez y por poco termino siendo comida de animales salvajes... reí al recordar eso.

El joven Marín, al que ya conozco como Jorge Gutiérrez Del Águila Grandes, se acerco a mí y me invito a ir a dar un paseo. Me le quedé mirando en silencio. Pasó un rato y al final asentí, lo cual hizo que Jorge sonría. Baje junto a él, lo cual me dió un poco más de confianza.

Paseamos un rato, y como siempre, él era el único que conversan y yo, simplemente escuchaba. Entramos a un restaurante en el cual, hace unos momentos le invité a entrar, después de terminar de comer, él me miró.

▪¿Qué? *pregunté, mirándolo* ¿quieres que pague la cuenta?. Bueno, yo invito pero tú pagas *sonreí y salí corriendo*

Tal vez mi memoria no funcione tan bien, pero recuerdo de donde venimos, así que no me tomó mucho tiempo el regresar al barco de la Marina.

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Había pasado unos cuantos meses más, ya tengo dieciséis años. Nos encontramos luchando con algunos piratas, si, yo ayudaba con mi agilidad y rápida manera de moverme si es que era necesario, aunque, no duraba mucho tiempo así que me detenía y me iba a esconder a algún lugar para no entrometerme en la lucha.

Después.

Jorge me llamó y conversamos de algunas cosas mientras ayudabamos a limpiar la cubierta del barco, felices... tranquilos.

Alguna sugerencia?, si hay algunos errores pueden decírmelo. ¿Creen que la historia va bien?

REENCARNÉ EN ONE PIECE Donde viven las historias. Descúbrelo ahora