Nuvole Bianche by Ludovico Einaudi
•
•
•
Hay un momento del día donde cierro los ojos, solo para recordar que estoy vivo. Tu sonrisa parece como el presagio de la primera lluvia de la primavera.
Es una tarde calurosa de abril y estoy de pie junto a una fuente donde niños y madres prometen deseos que bien conozco no se cumplirán. Sin embargo, tú dijiste que sí, sin tener idea de la clase de contrato al que estabas accediendo.
Dijiste que sí con una simple mueca de tus rosáceos labios y para mí fue más importante que cualquier manifiesto legal. Ese día, en ese Bistró en la calle Versalles, supe que ya era tuyo.
PJM, Mayo 1904, París, Francia
•
•
•
Recostado sobre el alfeizar de la ventana de su nuevo hogar, Min Yoon Gi observaba el ajetreo de una pareja de golondrinas intentando mantener un nido a salvo.
Solo tenía que estirar un poco sus pálidos brazos y descorrer el herrumbroso seguro de la ventana para que las aves entraran en la habitación con el alboroto de picoteos y chillidos que ya se había acostumbrado a escuchar cada mañana.
No puede medir la cantidad de veces que se ha preguntado si los amaneceres no son obra de algún dios particular, aunque siga creyendo en la magnificencia del creador de todas las cosas.
No puede dejar de cuestionarse si es correcto sentirse martirizado por la sonrisa amble de Park Jimin y su empeño de recompensarle como el nuevo ilustrador del mirador de aquella dichosa torre.
Tal como lo había previsto, la cantidad de pedidos de su escribanía iba en detrimento. Solo aquella muchacha de dieciséis años que trabajaba como dama de compañía de una familia acaudalada seguía solicitando sus servicios.
Ella, y ahora Jimin. El joven de ascendencia asiática le había insistido en que redactara cartas para su madre en Japón. Cartas donde le pedía a Yoongi que describiera los momentos más apreciados de una ciudad tan cambiante y llena de rostros como podía ser París.
París al amanecer, París al anochecer, París en su corazón. Hasta ese punto el joven de cabellos platinados había creído en Park. Hasta ese punto cuando las cartas ahora llevaban un curioso remitente.
“Al ladrón de mis pensamientos.”
Había estipulado Jimin la última vez que se vieran y Yoongi palideció por dentro al tener que redactar una carta de amor para alguien que no conocía. El joven ingeniero no entró en detalles pero sí le dejó en claro que no se trataba de una mujer.
Semejante certeza debería ser suficiente para colocar las alarmas sobre el de ojos turquesa, pero fue todo lo contrario. Cada vez que la pluma cubierta de tinta de Yoongi rasgaba el papel intentando componer una carta para el amante misterioso del señor Park, un sentimiento cáustico muy parecido a los celos le martillaba en la cabeza y el corazón.
No tenía derecho a intervenir en la correspondencia ajena, solo a adornar lo que otros temían poner en papel por aversión o por vergüenza, pero si le preguntaban directamente, Yoongi podía apostar de que Park le timaba para torturarlo escribiendo aquellas misivas donde la palabra amor adquiría otras formas más complejas que el boceto del contorno de una ciudad despertando al ajetreo de un viernes en la mañana.
—¿Yoongi-ah?¿Estás despierto?
La voz de Namjoon, el que consideraba una especie de salvador, se hizo notar detrás de la puerta de la habitación que la madre del chico había destinado para él.
ESTÁS LEYENDO
~NUVOLE BIANCHE~ym♡#Editorial_CTD
FanfictionSi algún día te sientes solo, sin fe en el destino que una vez pensaste... pide tres deseos frente a la fuente del Paseo del Sena. Entonces el cielo se llenará de algodonosas nubes, nubes acolchonadas y suaves como las que nos prometimos una mañana...
