Viridescent -HIATUS-

Capítulo 30: Agridulce

Capítulo Treinta: Agridulce

La habitación del hospital estaba en silencio, salvo el pitido del monitor del corazón y la respiración lenta y constante de Izuku a través de la máscara de oxígeno. Momo se frotó los ojos con somnolencia, luchando contra el sueño mientras pasaba suavemente los dedos por el cabello de Ochako y Eri.

Estaban sentados en el suelo contra la pared, la cabeza de Ochako se desplomó contra el hombro de Momo mientras dormía. Eri estaba acurrucada en el regazo de Momo y su peso estaba cortando la circulación en la pierna derecha de la adolescente, pero no podía cuidarse. A pesar de que estaba dormida, su rostro estaba agotado y pálido, y todavía había rastros de lágrimas secas a lo largo de sus mejillas.

Una manta había sido cubierta sobre ellos en algún momento, pero Momo no podía recordar cuándo. Estaba bastante segura de que una de las enfermeras se lo había dado cuando llegaron aquí.

Esa misma enfermera estaba en una silla al lado de Izuku, monitoreando cuidadosamente sus signos vitales en busca de anomalías. Había pasado por nueve horas de cirugía para reparar el daño interno que había sufrido, y debía otra en aproximadamente doce horas para que Recovery Girl pudiera acelerar el proceso de curación y abordar cualquier herida menor que hubieran dejado cosida por las fibras de Jeanist.

Jeanist había sido su gracia salvadora. Momo no había tenido idea de que el héroe número cuatro era tan talentoso en el tratamiento médico de emergencia, pero el médico les había dicho más o menos que Izuku habría muerto a mitad de camino al hospital si Jeanist no hubiera estado allí.

En otra silla junto a la enfermera, Inko vio a su hijo descansar. Había llegado tan rápido como podía, trayendo con los padres de Eri y Katsuki. La mujer mayor había estado fuera de sí con preocupación por su hijo, y Eri no había sido mejor. Ninguno de ellos se había atrevido a salir de la sala de espera hasta que terminara la cirugía de Izuku.

Aunque había luz del sol brillando a través de los finos ejes de las persianas sobre la ventana, Momo nunca se había sentido así cansado. No había dormido un guiño toda la noche, demasiado abrumada por todo lo que había sucedido. Había pasado toda la noche corriendo de ida y vuelta de la cirugía de Katsuki a la de Izuku, tratando de mantenerse al día con todo y llenar a sus amigos en medio del caos después del incidente de Kamino Ward.

Honestamente, Momo ni siquiera estaba seguro de cómo había terminado el incidente. Había tenido que concentrarse en sus amigos solo para mantenerse en marcha a medida que pasaba el tiempo y se agotaba cada vez más.

Ochako hizo un pequeño sonido mientras dormía y Momo la silenció suavemente, acariciando el cabello de la otra chica de nuevo. Una vez que la cirugía de Katsuki había terminado y Momo sabía que estaría bien, regresó a Ochako, llevó a la niña a una tranquila escalera en el hospital y la dejó llorar. Habían permanecido allí hasta que Shoto le envió un mensaje de texto y les informó que la cirugía de Izuku había concluido y que, por ahora, estaba en claro.

Ochako había llorado aún más después de escuchar las buenas noticias, sollozando por puro alivio. Momo también había llorado. Ambos necesitaban sacarlo todo de sus sistemas.

Se les permitió ver a Izuku una hora más tarde, aunque el niño todavía estaba inconsciente y bajo observación. Los médicos no querían a mucha gente dentro y lo habían restringido a familiares y amigos. Inko le había dado permiso a Ochako, Momo, Tenya y Shoto para ir y venir como quisieran. Los padres de Katsuki habían sido informados de que también podían visitarlos, pero habían pasado todo su tiempo con su propio hijo. No es que alguien los culpe.

Momo no sabía dónde estaba Tenya, pero recordó que tenía la intención de informar al resto de su clase a través de un mensaje grupal sobre lo que les había sucedido a Izuku y Katsuki. Ella no tenía idea de a dónde se había ido Shoto tampoco, había estado desaparecido durante unas horas.