TEACHER'S PET

𝟗

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Escuchar:

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Aquel día, la tormenta era el único sonido que se emitía por todo el lugar.

Miraba por la ventana, esperando alguna presencia, nadie.
No había ni una sola persona en la oscuridad de la noche.

La creciente Luna adornaba el cielo con su resplandor gris.
La luz lunar llegaba hasta aquella ventana, reflejándose contra mi palida piel.

El frío se adentraba por la ventana aún cerrada, mi piel desnuda se erizaba al sentir el frío.
El poco viento que entraba, secaba mis lágrimas que caían lentamente sobre mis mejillas.

Estaba sentada en el frío suelo, abrazaba mis piernas lo más que pudiera, miraba por la ventana, esperando captar la atención de alguien... Quien sea.

En el otro cuarto dentro de este, estaba aquel ser...
Aquel ser que juraba ser bueno... Aquel ser que no tocaría ni a una mosca...
O al menos, eso era lo que pensaba horas antes.

Aquel hombre, se encontraba bañando tan relajadamente que me frustraba.
No podía verlo, pero desde mi lugar, podía oler el humo del cigarrillo que fumaba en ese momento.

Volviendo a mi lugar, me encontraba totalmente devastada.
En mi mente solo se repetían las escenas de hace un momento... Escenas que quizás mi cuerpo disfrutó... Pero yo no lo disfruté igual.

Toque mi piel... Y solo podia sentir las marcas que me había dejado ese día...

Al día de hoy... Aun puedo sentirlas...
Aun puedo verlas y sentirlas como en el primer día.

Trate de mover mis ojos, pero parecían clavados en un mismo punto.
Mis uñas se aferran a mis piernas... No quería soltarme, pensaba que quizás, si me soltaba, me dejaría ir a mi misma.

Aunque sabia... Que una parte de mi ya se había ido.

Y tal vez... Ese día fue una enseñanza para mi.

Tal vez... Ese día me ayudó a madurar y entender varias cosas.

Y una de las cosas... Quizás era este día.

Recargue mi rostro entre mis rodillas y pensé en todos los momentos que viví con él... De verdad fui una tonta al no darme cuenta antes.

Escuche el sonido de la llave cerrarse... Después pasos acercarse, al último, la puerta abrirse.

Ni siquiera queria verlo, sentía su mirada penetrante en mi, pero ya no me interesaba.
En ese momento, sentía que no tenía ningún sentimiento encontrado, me sentía vacía.

"¿No te habías ido ya?"

Preguntaste, ni siquiera me digne a dirigirte la palabra, y aunque quisiera, no me llegaban las palabras.

Sentía un gran rencor hacia ti...

-Por qué... -

Mi boca no podía articular palabra alguna, pero aún así... Intentaba sacarlas.

Hace unos minutos atrás, tú mismo me las habías sacado a la fuerza...

Con lágrimas en los ojos, te mire...
Pude notar tu incrédulo rostro, no tenias nota de expresión.
No te importaba en lo absoluto el como me sentía en aquel momento.

-P-por...qué... -

De verdad que hacia un gran esfuerzo, no era sencillo para mi verte a los ojos... Después de tu traición.

En ese instante, me llegaron un millón de Flash backs, haciendo a mis ojos humedecer aún más, tanto que al siguiente día dolieron como el infierno.

Tome valor, me aferre más a mis piernas como si mi vida dependiera de ellos.

Sin importarme las lágrimas que salían de mis ojos y el sonido de mi voz temblorosa...

-¿P...por qué yo?...-

Todo esto parecía una escena traumática de alguna película,
Tal vez... Yo estaba en mi película.
Una película sin duda de mala paga.

Me dolia el simple echo de mirar tus ojos... Estaban vacíos, eran tan diferentes como los del anterior Sebastián.

Quizás...

Ese era el verdadero tú.

Y todo lo demás solo fueron cuentos para atraparme en tus brazos, y al conseguirlo... Dejarme caer.

Ahí estaba el verdadero Sebastián...
La verdadera cara de la moneda.

Recomendación:

No la hay.

No hay una luz al final del pasillo, es un pasillo muy largo y oscuro.
quizás... Caminando aún más, encuentren un rayo de luz.

Solo quizás...
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