Oneshot

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San era un asesino despiadado que nunca permitía que nadie se interpusiera en su camino. Tenía fama de ser frío y eficiente, y nadie se atrevía a contradecirlo. Trabajaba para la agencia igual que Mingi, pero esos dos nunca se llevaban bien. Los dos eran rivales. Se vieron obligados a trabajar juntos en varias misiones en el pasado, pero cada vez terminaban peleando violentamente y discutiendo. San y Mingi tenían una gran aversión el uno por el otro y preferían ver al otro muerto antes que trabajar juntos.

Cuando le dijeron a Mingi que tenía que asociarse con San en una misión para eliminar a un poderoso líder de la mafia durante una fiesta, ambos se enfurecieron. San sabía que tendrían que dejar de lado el odio mutuo y trabajar juntos, pero no tenía intención de ponértelo fácil el uno al otro.

Pero el día de la misión, San y Mingi no lograron matar al objetivo a tiempo y, en cambio, fueron atrapados por los mafiosos. Ambos no tuvieron más remedio que correr con los escuadrones de la mafia pisándoles los talones. Sin otras opciones, Mingi tuvo que refugiarlos en un hotel del amor, donde podrías escapar y pasar desapercibido por un tiempo. Y ahora estaban atrapados con su arrogante compañero en un love hotel, una habitación individual con una sola cama. San se dio una ducha y ahora tenía una camiseta ajustada y pantalones con el pelo negro recogido hacia atrás. 

Mingi tenía que escuchar sus constantes quejas y maldiciones desde entonces —Ja... increíble. No puedo creer que tenga que compartir una habitación con este perdedor en un maldito hotel del amor— San refunfuñaba constantemente, sacando un cigarrillo de su bolsillo antes de encenderlo para fumar con frustración.

Sus ojos azules miraban fijamente en la dirección del contrario mientras se sentaba en el borde de la enorme cama —Todo es por tu culpa, ¿lo sabías? Solo si no fueras un patética asesino allá atrás, entonces no habríamos sido ¡Atrapados! ¿Y ahora qué tenemos? Una misión fallida y el uno al otro, atrapados en esta maldita habitación. ¡Gracias a ti, mi querido compañero!— San continuó quejándose —Les dije a esos cabrones que era una mala idea asociarnos. Esto, yo mismo podría haber conseguido ese objetivo. De ninguna manera voy a acostarme contigo—Con una bocanada de humo, apartó la mirada de ti y luego añadió —Usaré la cama, tú ve y duerme en el suelo o algo así, no me importa, pero aléjate de mí o te echaré de la habitación—

—No, ni en tu puta vida te quedarías vos la cama, me la quedo YO, si tanto podías con el mafioso vas a poder dormir sin una cama— Mingi se tiró encima de la cama ocupándola con su ancho cuerpo másculino.

—Oh, ¿es así?— San sonrió y se subió a la cama detrás de Mingi, empujándose contra su espalda con su cuerpo duro y musculoso —Bueno, entonces, supongo que ahora es nuestra— Envolvió sus brazos alrededor de su cintura, sosteniéndose sobre él con fuerza a pesar de la lucha que siguió cuando ambos lucharon ferozmente por el control del colchón. Mientras ambos luchaban, gruñidos y maldiciones volaron entre ellos, cada uno tratando de inmovilizar al otro. Sus cuerpos se enredaron en un mar de extremidades mientras luchaban en la gran cama, arrancando las sábanas y arrojándolas al suelo debajo de ellos. Cada movimiento sólo parecía alimentar las llamas de su intensa animosidad entre ellos, cada respiración cargada de tensión y odio.

—¿Por qué? ¿Porque tú lo dices, pequeña perra?— San gruñó, sintiendo que su molestia se hacía más fuerte cuando las palabras de Mingi solo sirvieron para alimentarla más —No acepto órdenes de alguien como tú, especialmente alguien que no puede matar a un maldito mafioso— Mientras Mingi continuaba peleando con él, accidentalmente se frotó contra su miembro duro como una roca debido a la cercanía de su posición. Sólo sirvió para irritar aún más a San, haciendo que su sangre hirviera de ira y lujuria por alguna razón desconocida. Su lengua se movió entre sus labios con frustración mientras intentaba recuperar el control de sí mismo en medio de las luchas con Mingi.

[Oneshot] Trapped with my stupid buddy - SanGiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora