Bienvenida

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Cuando me desperté me encontraba en una habitación - como no, naranja -. Me dolía la cabeza, al tocarla me di cuenta de que me la habían vendado. Ese maldito color empezaba a marearme. ¿Dónde estaba? ¿Realmente existe este sitio? Debe de ser un sueño, pero si lo fuese debería haberme despertado cuando me desmayé. Si esto es un sueño no podré abrir la puerta, ella se abrirá sola. Me acerqué al pomo, que se giró solo. Entró una persona con una bata naranja. ¿No se supone que los médicos la llevan blanca?

- Veo que te has despertado - examinó el golpe -. Ya estás bien, puede que tengas un poco de dolor de cabeza.

- ¿Dónde estoy? - pregunté.

- En tu mundo seguro que no. Verás, cada cierto tiempo aparecen seres de tu mundo, con unos colores inexistentes. Gracias a vosotros hemos podido descubrir nuevos colores, ya que en nuestro mundo sólo existe el naranja.

- Ya me he dado cuenta.

- Aquí os consideran una especie de... espectáculo. A los niños les encanta, y además descubren algo nuevo.

- ¿Espectáculo? ¿A qué se refiere?

- Tranquila, tratan bien a los de tu especie - y, de nuevo, el maldito somnífero.

Cuando volví a despertarme me encontraba en una especie de urna de cristal, dentro había objetos de colores, seguramente los que habían aparecido en ese mundo. A mi alrededor habían más urnas que contrastaban con el maldito naranja. Animales, personas... Todos ellos captivos, y yo también. Algunos estaban arrinconados susurrando y meciéndose. ¿Quién no? Seguramente yo también acabaría así.

Llegó la hora del tour, la gente pasaba y se quedaba mirando asombrada las urnas. Me miraban, analizaban cada parte de mí, y yo - nunca me ha gustado que se me queden mirando - me acercaba al cristal y lo golpeaba gritándoles qué miraban. Bien, entre nuevos insultos relacionados con el color de su piel y de lo que llevaban.

Ahí encerrada no iba a conseguir descubrir cómo salir de aquí, sólo abrían la urna para darme de comer y nueva ropa, y nadie quería hablar conmigo. Era imposible que simplemente apareciésemos, debe de haber alguna forma de traernos aquí, al igual de que debe de haber otra de devolvernos. Pero ahí encerrada no iba a conseguir nada...

Welcome to Orange WorldDonde viven las historias. Descúbrelo ahora