Todo fue cuestión de costumbre, aprender que ahora convivíamos en un mismo espació, a tus maullidos a la mitad de la madrugada, que me acompañaras al baño, el intentar no olvidarme de tu comida, tu infinita necesidad de mimos, a los pelos en la ropa y el saber que las noches no son solo para mi.
Pero no todo es color de rosa y yo no fui el único que tuvo que acostumbrarse, tuviste que entender que a veces no podía estar con vos por mis alergias, el escucharme llorar , que a veces no podía dormir con vos.
Con el tiempo te convertiste en mi mejor amigo, mi guía, mi todo. Me salvaste la vida más de una vez, porque cuando me estaba por rendir venias con ese característico maullido a acostarte en mis piernas, era como si supieras que me pasaba y tuvieras la solución a todos los problemas. Yo también te cuidaba cuando tenias miedo, escondiéndonos y protegiéndonos mutuamente.
¿Y ahora? ya no estás y no quiero acostumbrarme a que no haya nadie en la mañana ni en la noche. La casa está sola y mi miedo más grande se a cumplido, no hay ruido, ya nadie camina entre mis pies para ir a la cocina, nadie me espera en la puerta del baño, ya no tengo que comprar comida, ya nadie me pide mimos, los pelitos de la ropa desaparecen poco a poco, la noche vuelve a ser solo mía y eso me aterra, no quiero acostumbrarme, quiero que el tiempo pare. ¿Ahora quién me protegerá de mi mismo? ¿A quien abrazare cuando el mundo se este cayendo? ¿A quien protegeré?.
Tres años, tres veranos, tres navidades, no fueron suficientes, ojalá volver el tiempo atrás para poder abrazarte un día más.
No quiero que sea cuestión de costumbre decir que ya no estas
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Es cuestión de costumbre
Short StoryPara Vaquis, quien fue mi mejor amigo, mi guía y el mejor gatito del mundo. Te amo y espero verte en el más allá