capítulo 2: El permiso.

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Niñez.| Amor.| enfermedad.| descubrimiento.| hmsxl.
Atracción.| promesa.| Yoonseok.| Namseok.

Contendrá smut explicito en algunos capítulos.
Tratare de actualizar los domingos.

No olvides botar y comentar, eso me haría muy feliz.

Palabras: 1414

Convencer a la mamá de Ho-seok es extremadamente difícil, no solo por el hecho de que sea una mujer de carácter fuerte y decisiones claras, sino que también intimida bastante

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Convencer a la mamá de Ho-seok es extremadamente difícil, no solo por el hecho de que sea una mujer de carácter fuerte y decisiones claras, sino que también intimida bastante. Nam-Joon se miró en el reflejo de su taza de té por sexta vez...

Como si mirar su reflejo le diera el valor para poder pedirle permiso a la madre de Ho-seok, o su tía como le suelen llamar.

—¿Sucede algo, cariño? —dijo la señora Jung con intriga y preocupación, clavando sus lindos y brillantes ojos sobre él. No entendía cómo esa linda mujer podía llegar a dar tanto miedo. Ho-seok era igualito a su madre, bello con ese toque femenino y sensual, inocente pero ardiente. Ese era Hobi. Su mamá también era tierna, pero a veces daba miedo.

—En realidad, tía… —obtuvo la total atención de la mujer, quien lo escuchaba atentamente—. Me preocupa Ho-seok. Lo he notado muy decaído, más distraído que de costumbre. Apenas y sonrió, y eso me pone mal… —ser dramático era bueno. La señora Jung era como su hijo, se preocupaba por todo muy fácilmente, y él sabía que había tocado su punto débil justamente cuando esos lindos ojos brillantes expresaban preocupación y ansiedad—. ¿Por qué lo dices, hijo? ¿Qué tiene mi lindo bebito?

Decía la señora Jung con preocupación en toda la extensión de la palabra. Era momento de manipular a Joonie, se dijo a sí mismo.

—Bueno, me dijo que se siente solo —no miente—, que le gustaría estar con nosotros en la escuela. Creo que le haría bien. No puede seguir encerrado, puede hacerle mucho daño

—Tonterías… mi bebito está a salvo en casa —decía la señora de porte elegante, con ahora un puchero de patito muy similar al de su hijo, dando un trago de su té mientras refunfuñeaba—.

—Tía… ¿por qué mentir? Usted sabe cuánto amo a Ho-seok. Lo menos que quiero es que le pase algo. No le diría esto si no creyera que en verdad está mal, tía. —Tomó la mano de la susodicha, la miró con un gesto genuino o muy bien actuado de preocupación—. Debe dejar que Ho-seok vaya a la escuela. Yoon-Gi y yo podemos cuidarlo, protegerlo mientras esté yendo…

—¿Qué pasaría si tiene una de sus crisis? ¿Si lo molestan? ¿Si dañan a mi bebé?

El terror era tan notable en esas pupilas amieladas, tanto que si no tuviera un objetivo estaría dándole la razón. Pero vamos, Ho-seok ya tiene edad suficiente para poder asistir a la escuela, además de que no ha tenido una crisis en más de cinco años.

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