Capitulo 03

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Aquel dia, sorprendentemente era tranquilo y la castaña estaba emocionada por llegar a casa y escuchar las cosas que su hija había aprendido el día de hoy. Se habia vuelto una rutina, escucharla hablar sobre los entrenamientos mientras ella hacia la cena, o escuchar algo relacionado con la entrenadora
 
Lo cual Abril no iba a engañarse a si misma (porque ya es una adulta y puede reconocer lo que es tan claro como el agua) que la entrenadora de Amy era bastante atractiva y amable, tenía un encanto del cual Abril no está acostumbrada a encontrar, y era casi imposible no quedarse mirando cuando interactuaba con su hija
 
Por lo poco que habia podido ver, claro.
 
Aquel viernes llega temprano y se encuentra a Amy riendo por algo que Samantha había dicho junto a otro niño, que asume es el amigo del que Amy ha empezado a hablar. Sonrie mientras se acerca, y hay una sensación extraña que se forma en su pecho cuando los ve reir por algo que Samantha estaba contando.
 
-¡Mami!- Amy grita alegre al verla y corre hasta a ella para abrazarla
 
-Hola bebé, te extrañé mucho. -dice tomandola en brazos mientras sonrie.
 
-¡Y yo, y yo!
 
-¿Qué tal ha ido? ¿Te has divertido?
 
-Si- asiente euforicamente-¡He parado un gol!
 
Abril sonrie aún más ante lo emoción de su hija, que parece ser la niña más feliz del mundo.
 
-¿Si? Eres toda una portera bebé
 
Deja a Amy de vuelta en el suelo, y su mirada cae en Samantha quien las mira con una pequeña sonrisa
 
-¿Tienes todas tus cosas?- Abril le pregunta mirando de nuevo a su hija, sintiéndose un tanto nerviosa ante la mirada de la rubia.
 
No sabia por qué, pero aquella mujer tenía el poder de ponerla nerviosa con tan solo dedicarle una mirada. Quizás es el recuerdo de sus mejillas encendidas por sus propias palabras la última vez que se vieron que le hacen sentir de aquello manera. Sea cual sea el motivo, Abril todavía no está muy segura de si le gusta o no.
 
Amy asiente y toma del suelo su mochila azul, se la coloca en los hombros con rapidez y se dirige hasta donde la rubia se encuentra
 
-Entrenadora Samy, ya me voy. - Samantha le dedica una sonrisa antes de asentir.

-Nos veremos el lunes pequeña portera, será divertido
 
-¡No puedo esperar! -exclama con la máxima emoción en su pequeño cuerpo, dando saltitos de un lado a otro mientras toma la mano de su madre.
 
-Adios- Abeil se despide en un susurro, esta vez mirando fijamente a los ojos de la rubia.
 
Samantha sonrie causando que pequeñas arrugas se formen alrededor de sus ojos. Y la castaña no deberia de encontrar aquello extremadamente entrañable, pero lo hace.
 
-Adiós, Abril
 
Cuando se ha dado la vuelta y camina hasta el coche de la mano de su pequeña, no se da cuenta de la sonrisa que ha quedado dibujada en su rostro tras las palabras de la entrenadora de su hija y cuando se da cuenta de aquello, se muerde el labio con fuerza intentando detenerlo. Apenas la conocia y ya estaba sonriendo tontamente.
 
-Bien, esta noche tenemos nuggets de dinosaurios para cenar - Abril dice con cierto entusiasmo, sabiendo que a Amy le encantaban
 
-¿Qué celebramos? -pregunta la pequeña castaña mientras su madre le ata el cinturón de seguridad.
 
-Que has tenido un buen entrenamiento y yo he terminado con mucho trabajo que tenia encimo.
 
Los ojos de Amy se iluminan y asiente para seguidamente exclamar
 
-¡Dinosaurios!
 
[...]
 
Aquel día estaba siendo demasiado tranquilo, y eso parecia ser un imposible en la vida de Abril Garza.
 
--Vamos, vamos -murmura.
 
Seguían en el aparcamiento del club de fútbol, los minutos pasaban y ellas eran de los pocos coches que allí quedaban.
 
Y ciertamente Abril comenzaba a perder la paciencia.
 
-¿Qué pasa, mami? - Amy pregunta desde atrás, tocando con sus deditos sus dos trenzas castañas.
 
-Nada, no pasa nada cielo.
 
Si pasaba, el coche no arrancaba.

Lo intento, girando la llave con cada vez más fuerza, Empieza a perder los nervios hasta que finalmente se da por vencida y recuesta su cabeza en el asiento mientras resopla con fuerza
 
-¿Llamamos a tia Ama?
 
-No, Amy. No necesitamos ayuda-dice suspirando, cerrando los ojos con fuerza y pensando en lo mucho que el universo debe odiarla.
 
Estaba teniendo un buen dia, todo estaba siendo genial, y ahora todo parecía haber dado un giro de 180 grados.
 
Y todavía podia ir peor. Porque es justo entonces que unos golpecitos en la ventanilla le hacen sobresaltarse, y cuando abre los ojos se encuentra con el rostro de la rubia.
 
Abril baja la ventanilla y sonrie, fingiendo que todo estaba bien
 
-Hola, Samantha-saluda de forma amable.
 
-¡Entrenadora Samy!
 
Samantha dirige su mirada a la pequeña, quien sonríe emocionada al verla. Le devuelve la sonrisa y vuelve a dirigir su mirada a la castaña
 
-¿Todo bien?
 
-Todo perfecto, - Abeil asiente con una sonrisa medio nerviosa y pone sus manos en el volante.
 
-El coche no funciona. - Amy dice desde atrás.
 
-Amy- Abeil se gira para mirarla con cierta sorpresa en su rostro.
 
Genial, ahora hasta su propia hija le delataba
 
-Necesitamos ayuda mamá, Ama dice.....
 
-Yo sé lo que Ama dice, Amy
 
Hay un silencio por varios segundos, donde Amy rueda sus ojos, Abril suspira y Samantha aprieta los labios.
 
-Bueno -sonrie-Yo puedo llevarlas a casa, por mi no hay problema.
 
Abril la mira a los ojos, esos hermosos ojos avellana. Niega con la cabeza, haciendo que su cabello se mueva a su compás, en parte negando su oferta y en parte intentando eliminar aquellos pensamientos sobre los ojos de una mujer de la que no debía fijarse.
 
-Muchas gracias, pero no es necesario.

- Mamá - Amy exclama, cruzando sus pequeños brazos sobre su pecho.
 
Abril suspiro, y se muerde el labio antes de girarse para mirar a su hija sentada en la silla para niños de color morado, puede ver el ceño fruncido en su rastro y como con la mirada le esta diciendo que necesitan aceptar la ayuda, al menos esta vez
 
Asi que suspiro, rindiéndose porque quizás Amy tenia razón
 
-Bueno, supongo que un poco de ayuda no nos vendria mal.
 
[...]
 
-Es aqui- Abeil anuncia, señalando desde el asiento del copiloto la puerta de su casa.
 
Samantha detiene su jeep oscuro justo enfrente de unas cortas escaleras que dan a una puerta de madera pintada de negro, seguidamente se gira para mirar a Abril.
 
-Gracias por traernos. -susurra la castaña.
 
-No hay de que. - Samantha sonrie amable.
 
El camino había sido corto, Amy porloteaba y Samantha reia con las cosas que la más pequeña decia. Por su lado, Abril se limitaba a jugar con los anillos de sus dedos, morderse el interior de su mejilla cada vez que Samantha reia y a responder a las preguntas que de vez en cuando Amy tenia.
 
Sin duda no había sido tan horrible aceptar la ayuda esta vez.
 
-Gracias entrenadora Samy. nos vemos. -se despicie antes de salir del coche y llevarse su pequeña silla morado debajo de su brazo
 
Samantha las ve subir los escalones que dan a su hogar. y cuando la puerta principal es cerrada detrás de ellas, Samantha se muerde el labio en un intento de ocultar su sonrisa antes de marcharse.

¡Entrenadora Samy! | Adaptacion RivariDonde viven las historias. Descúbrelo ahora