-Funcionó, viniste a mi cumpleaños! -es lo que la pequeña Amy exclama al llegar al campo de fútbol aquella tarde, abrazando con fuerza las piernas de su entrenadora.- Mamá está más contenta ahora.
-Y yo también - Samantha dice acariciando su mejilla con dulzura, ¿te gustó tu regalo?
-¡Me encantó!
El regalo de Amy se habia basado en una pelota de fútbol y un pijama de pequeños patos, ya que Samantha le mencionó una vez que eran su animal favorito. Y se puede decir que la pequeña lo llevó puesto el resto del cumpleaños.
-Luego me cuentas, ¿vale? Ahora vamos a calentar.- Amy asiente emocionada, dejando su mochila en el suelo y corriendo hasta el grupo de niños.
Mientras estos empiezan a calentar, Samantha solo puede pensar en el fin de semana, en cómo Abril había sonreído timidamente cada vez que se miraban, en cómo Abril era una madre increíble y en cómo sus ojos brillaban al mirar a su hija. Siendo totalmente honesta, a Samantha nunca se le había pasado por la cabeza estar con alguien que tuviera un hijo, pero por alguna razón, con Abril se sentia bien, diferente. Le encantaba la idea de que con Abril también viniera Amy, le encantaba la idea de tenerlas a las dos.
Se muerde el labio mientras los niños terminan de calentar, intentando apartar sus pensamientos y centrarse en el entrenamiento del día.
Y aunque no podia esperar a ver a Abril aparecer con su cabello recogido y su sonrisa nerviosa, y después de tantos dias volver a tener ese pequeño tiempo para ellas, para hablar en mitad del campo de fútbol mientras el sol se pone, se dice a si misma que tan solo tenía que esperar un poco más.
[...]
Abril había estado tan sumergida en su trabajo aquella tarde, que no se dió cuenta de la hora que era. Y cuando finalmente sale de casa, ya va diez minutos tarde.
Por suerte solo le toma diez minutos más llegar hasta alli, y cuando lo hace, siente que finalmente puede respirar.
-¡Mami! - Amy grita mientras corre hasta ella con la mayor sonrisa en su rostro- Estás llena de harina, mami.
Puede escuchar la risa de Samantha ante las palabras de su hija, y siente un calor agradable en su pecho. Había salido tan rápido de casa que ni siquiera se detuvo a verse en el espejo.
Seguramente estaba hecha un desastre, y un poco de vergüenza recorre su cuerpo.-Siento llegar tarde. -es todo lo que dice, dirigiendo su mirada a la castaña.
Amy toma la mano de su madre y sonrie, mirando a las dos adultas con curiosidad.
-No importa, Abril - Samantha le dice con aquella sonrisa en sus labios que hace que todo se sienta bien, como si llegar veinte minutos tarde no fuera nada.- ¿Mucho trabajo?
Abril aprieta los labios y asiente, acariciando con algo de nerviosismo la pequeña mano de su hija.
-Tengo que hacer doscientos cupcakes para mañana, y no llevo ni la mitad -suspira -Seguramente me pasaré la noche entera preparándolos.
-Suena estresante. -es todo lo que Samantha dice, cruzándose de brazos.
-Lo es.
Caen en silencio en el que Abril se permite por primera vez desde que ha llegado analizar a Samantha. Viste sus pantalones deportivos y una camiseta de manga corta de Adidas, mientras que un silbato amarillo cuelga de su cuello y una bolsa repleta de pelotas de fútbol se encuentra a su lado.
Mentiria si dijera, que no habla echado de menos verla asi. Encontrarla en mitad del campo riendo y hablando con la persona que más queria en el mundo, y sentir que la habia dejado en buenas manos.
-Mami-la pequeña que hasta ahora había estado en silencio observando como las dos adultas hablaban y se miraban, ahora estira la mano de su madre en busca de atención.-, la entrenadora Samy me ha dicho que su pelicula favorita es...
- .Grease - Samantha le ayuda cuando ve a la pequeña fruncir el ceño.
-¡Grease! -exclama-Y le he dicho que el otro día vimos los Minions, ¿te acuerdas?- Abril sonrie dulcemente y asiente. Entonces también me ha dicho que nunca ha visto las películas de los Minions y he pensado que podía venir a casa a verlas con nosotras.
La simple idea de tener a Samantha sentada en el sofá de su hogar mientras ven una pelicula junto a su hija hace que su corazón se acelere levemente. Y quizás es una señal para que se niegue, se invente una excusa y cambie de conversación.
Pero sin embargo, asiente. Porque la idea es demasiado tentadora como para negarse.
-Claro, porque no. -dice con la mayor sonrisa que tenia.
-¡Sí!- Amy exclama dando pequeños saltos- ¿Una cita?
ESTÁS LEYENDO
¡Entrenadora Samy!|Adaptacion Rivari
RomanceAmy Garza es la única niña en el equipo infantil de fútbol, del cual, Samantha es la entrenadora. Abril es una joven madre torpe y tímida, Samantha es divertida y todo lo que Abril no sabía que necesitaba. "Entrenadora Samy, creo que mi mami se ha o...