¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Cada día es mejor, dicen.
Pero cada día es peor, en la vida de iván.
Había amanecido con una gran tormenta sobre la ciudad. El fuerte viento hacía que iván casi saliera volando, pero eso no lo detendría a ir a la escuela.
Ese día habría un partido importante, aunque el clima no ayudara mucho, usarían las canchas techadas.
Pero lo importante no es el partido, sino quien jugaría.
Claro, rodrigo carrera.
Así que por eso se asombró cuando lo vió recién saliendo de su casa. Porque sí, vivían relativamente cerca.
Pero rodrigo siempre encontraba la forma de evitar toparse con el pelinegro.
Han vivido en el mismo vecindario desde que el menor se mudó a la ciudad, pero jamás habían hablado.
Y tal vez podría acercarse, hablarle como ha intentado los últimos meses.
Pero aunque ya estaba decidido por hacerlo, se quedó de pie viéndolo.
¿Por qué? Porque se dirigía a su dirección.
Incluso si hubiese querido decir algo, hubiese sido ignorado.
Porque iván era la inútil y molesta piedra a mitad del camino de rodrigo.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
