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Narrador
El silencio que lo envolvía era más que una ausencia de sonidos; era una presencia abrumadora que llenaba su mente con una sensación de vacío. En medio de esa quietud, la pregunta resonaba una y otra vez en su mente como un eco persistente: ¿Por qué se sentía así? La falta de respuesta solo aumentaba su confusión y su angustia, mientras el agua invadía sus pulmones con una rapidez aterradora. Su cuerpo no respondía, pero tampoco parecía importarle hacer algo al respecto. En su mente, anhelaba con desesperación que todo lo que había pasado fuera solo un sueño, una ilusión efímera de la que pudiera despertar en las suaves colinas nevadas junto a su madre, donde todo era paz y seguridad. Pero la realidad era implacable, y ahora se encontraba en medio de una tragedia, acabando con su vida mientras el silencio a su alrededor lo envolvía como un sudario.
De repente, la calma fue interrumpida por el caos de la desesperación. Los gritos y llantos de voces conocidas rompieron la quietud, llenando el aire con una angustia palpable. Entre el tumulto, una voz se destacaba, suplicante y desgarradora.
"¡Por favor, Clay, no te vayas!"
El sonido penetró en su conciencia como un rayo, sacudiéndolo de su letargo. Aunque se sentía como si estuviera flotando en un mar de desesperación, la súplica lo atrajo de vuelta al mundo de los vivos, recordándole que aún había algo por lo que luchar.
Sintió cómo la presión en su pecho aumentaba con cada instante, como si el peso del mundo entero estuviera descansando sobre él. Los gritos se desvanecieron lentamente, dejando un silencio tenso y cargado en su estela. Pero ese silencio fue roto por algo más, algo inesperado y reconfortante.
La calidez de unos labios contra los suyos lo transportó a un lugar distante, a un tiempo en el que todo parecía posible. Recordó el primer beso compartido con aquel pelinegro que había conquistado su corazón con su ternura y su sinceridad. A pesar de las dudas que lo atormentaban, había encontrado consuelo en aquellos labios, en aquel amor incondicional que había creído eterno.
Flashback
Sus miradas se encontraron bajo el resplandor del sol, y en ese momento, el mundo entero pareció detenerse a su alrededor. La cálida mano del otro rozó su mejilla, y un escalofrío recorrió su espalda. La sonrisa compartida fue más que un gesto; era un pacto silencioso entre dos almas afines. Y cuando las palabras de amor brotaron de los labios del otro, todo cobró sentido. Cada promesa, cada susurro de amor, era un recordatorio de que no estaban solos en este mundo. Y cuando sus labios se unieron en un beso cargado de emociones.
Recordaba aquellas palabras :
"Cuando te miro, siento que el mundo se detiene por un momento, como si solo existiéramos tú y yo. Cada vez que sonríes, siento que mi corazón se acelera y no puedo evitar querer verte sonreír una y otra vez. Tu presencia ilumina incluso los días más oscuros y tu risa es la melodía que quiero escuchar por el resto de mi vida. No puedo parar de pensar en tu ojos y en la forma en la que me miras, te amo Clay más de lo que las palabras pueden expresar y más de lo que ha amado a alguien, nuetro amor jamas sera algo efimero"
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