Momento Equivocado

LOS RESTOS DE UN CORAZÓN ROTO

- ¡No puede ser!
Colín quedó perplejo, no solo había vergonzoso a Penélope ante toda la sociedad, había roto el corazón de su más preciada amiga. Estaba a punto de despertarla y rogar su perdón, pero se detuvo.
¿La amaba? ¿Podría verla más que una amiga? ¿Y si ella se declara? ¿Que le respondería?
No sabía exactamente que hacer.
- Perdoname Penélope, no puedo. - se acerco a una Penélope dormida y le dio un Beso en la mejilla, no tenia el valor de decirle a Penélope que solo la veía como una amiga, eso rompería su corazón aún más.

Colín salió de su habitación, salió de la residencia de las Featherington, salió de Londres y salió de la vida de Penélope Featherington.

Dos meses después...
- ¡Penélope! ¡Penélope!
- Ya bajo tía, dame un momento.
- Te esperaré en el carruaje.
- Está bien tía.
Habían pasado ya unos meses desde el escándalo, la madre de Penélope tomó la decisión de que Penélope se mudará con su tía Petunia (la cual tenía una casa en el campo) hasta la siguiente temporada en Londres. Penélope estaba contenta con la decisión, porque un respiro del resto de la sociedad, de Londres y los Bridgerton era lo que realmente necesitaba, estaba dispuesta a unir sus pedazos, un nuevo comienzo, una nueva Penélope.

- Hoy será un día maravilloso, ni una lágrima más - sonrió al ver su reflejó, desde que se mudo con tía Petunia decidió renacer.
Hoy iba a acompañar a su tía al pueblo, que segun tía Petunia era de lo más encantador, se encontraba personas de todos los lugares del mundo, que solo visitaban al pueblo de Loore porque tenían las rosas más hermosas de todo Londres, algunas personas lo llamaban "el jardín de Edén".
- ¿como me veo?
- hermosa querida Penélope, sabía que el verde siempre fue tu color.
- gracias tía.
- sube Penélope, tenemos muchas cosas que comprar.
- está bien.
El viaje fue bastante tranquilo, hasta que el carruaje freno de pronto.
- ¿Pasa algo? - perro el chofer no contesto.
- ¿Ya llegamos tia?
- no lo creo, aún falta media hora para llegar al pueblo.
- entonces que fue lo que...
- buenas noches señoritas - la puerta del carruaje se abrió de pronto y dejó ver a un hombre de cabello castaño que tenía cubierta la boca con una pañoleta, eran ladrones - que hermoso día es hoy - entro al carruaje
- No nos haga daño por favor, tomé todas nuestras pertenencias pero no nos haga daño por favor.
- tranquila señorita - el ladrón tomo el mentón de Penélope y acerco su cara hacia ella - nunca me atrevería a dañar a una mujer - Penélope se quedó viendo esos ojos, ojos verdes, eran hermosos...- y menos a usted.

Habla como si me conociera ¿Acaso lo conozco de algún lado?
- apresúrate!!!
- voy enseguida - solto a Penélope extendió la mano - bueno, haremos esto de una forma civilizada señoritas, entregenme todo el dinero que llevan y nos iremos - noto que no apartaba la vista de ella.
- está bien - saco todo el dinero que tenían y se lo entrego.
- gracias por su colaboración, que tengan un buen viaje señoritas. - le guiño el ojo y coloco una rosa en el cabello de Penélope.
Y salió del carruaje ¿Donde lo había visto? ¿Porque este detalle?
- ¿Estás bien Penélope?
- si tía, estoy bien
- lamento que hayas presenciado esto, los robos son algo común en este pueblo debido a que vienen personas adineradas de visita. Pensé que no nos pasaría. - el carruaje comenzó a andar - Ese joven es muy buscado, aunque aún no se sabe que aspecto tiene, lo llaman " el Príncipe ladrón" .
- ¿nunca lo han atrapado?
- no, es muy astuto al parecer. Aunque nunca a lastimado a alguna de sus víctimas la recompensa por su captura es realmente una fortuna.

Penélope no pudo conciliar el sueño, debido a que no dejaba de pensar en los ojos verdes del ladrón y su comportamiento a ella, sentía que había visto esos ojos en algun lado.
¿Pero donde?

-