Único?

5.4K 387 170
                                    

Viajar tanto y tener calendarios tan apretados podía ser un gran problema para su vida personal, a veces no tenían tiempo ni para ellos mismos y con el estrés de las carreras todo incrementaba.

El sexo para Checo era desestresante, era lo que lo relajaba cada fin de semana, por supuesto que conseguirlo era difícil con los viajes constantes así que tuvo que recurrir a un consolador.

A un triste pedazo de plástico que no se sentía igual de bien que una polla real. Tristemente tenía que conformarse con eso, aunque en el lado positivo había comprado uno nuevo que esperaba se sintiera mejor.

Una vez salió de la ducha tomó la caja del dispositivo y se recostó. Tomó el juguete rosa traslucido,tenía una punta dual, la cabeza era rotatoria, mientras las pequeñas orejitas de conejo de la otra punta cosquilleaban su clitoris.

Abrió sus piernas tomando el lubricante a su lado y lo dejó gotear sobre su coño gimiendo por la sensación de el lubricante escurriendo por sus labios necesitados.

Tomó el juguete y lo dirigió a su interior gimiendo de alivio, tomó el control y lo prendió al máximo acostumbrado a que no sean tan satisfactorios.

Fue un error por que le sacó un ruidoso grito y convulsiono por la fuerte estimulación a su clitoris y a la cabeza que presionaba con su punto g con las rotaciones.

La estimulación lo tenia temblando sensiblemente por cada vibración y soltando lloriqueos y gritos altos, no podía mantener su cuerpo quieto, tomó el control bajando la intensidad permitiéndole respirar un poco pero aún recibir la estimulación.

Sus piernas se abrían solas receptivas a obtener más, sus manos se dirigieron a sus pezones pellizcando y apretando todo su pecho abultado, su cuerpo se arqueaba en respuesta al placer.

Checo solía ser muy vocal y ruidoso, por lo cual sus gritos se expandian por la habitación sin control. Ojalá hubiera pensado un poco más en quien se encontraba en la habitación de alado por que cierto rubio estaba pegado a la pared escuchando con una mano masturbando su polla estimulado por los sonidos que soltaba su compañero de equipo.

Checo empezó a soltar sonidos entrecortado y aumentando la intensidad del juguete se corrio en un grito su cuerpo temblando descontroladamente mientras soltaba lloriqueos por su fuerte orgasmo.

Max al escuchar esos sonidos terminó por correrse en un gemido bajo su semen salpicando la pared y su mano.

Desde esa vez ambos empezaron con ese ritual, Checo se masturbaba cada fin de semana de carrera y Max se pegaba a la pared para escuchar los gemidos mientras su mano trabajaba su erección.

Fue un descuido de Max lo que cambió su arreglo a escondidas, debido a que en Austria las multitudes afuera de los hoteles se volvían un caos, redbull rentaba una villa para que sus conductores se quedarán ahí.

Max como siempre se acercó a donde estaba la habitación de Checo esperando a escuchar sus sonidos y después de unos minutos Checo finalmente empezó a soltar gemidos, por lo cual Max sacó su polla dura de anticipación.

Max recargo una mano en la puerta mientras la otra bajaba y subía sobre su polla, pero la presión hizo que la puerta se abriera un poco, Max se asustó pero al ver que Checo estaba ensimismado en su placer, decidió abrí un poco más para ver.

Su mano empezó a subir más rápido complacido por la vista de Checo con sus piernas abiertas, no podía ver muy bien ya que la puerta estaba a un costado de la cama y no enfrente, pero ver a Checo retorcerse y gemir era suficiente.

Checo dejó caer su cabeza a un lado sus caderas subiendo para encontrar más placer,sus ojos entreabiertos le permitieron ver de reojo una sombra, enfocando su vista observó el contorno de la figura de Max quien estaba con su mirada fija en sus piernas mientras se masturbaba.

JuegosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora