1

13 1 0
                                    

Yan se miró al espejo.
-Oh, dios...¿Que soy? ¿Soy...?

Yan no era negro. Poco a poco su piel se hacía más arcoíris.

-Soy... homosexual.

Yan no podía creerlo, estaba viviendo su peor pesadilla. ¿Un chico y otro? ¿Besándose? ¿Metiendosela? Ew, dios.

-No...no puede ser-negó de nuevo.

Yan no quería ser un arcoiris. No queria amar a hombres. Queria ser como todos. No tener que ocultar sus sentimientos y esconderse para amar a su novio.

Julio le miraba desde la cama, desconcertado. Estaba sentado con los ojos llorosos aún. Estaba cansado. Muy cansado. Y solo buscaba algo de consuelo en los brazos de Yan.

-¿Estás bien?-dijo Julio por fin.
-No...no sé. Tengo que pensar. Vuelvo en media hora.

Y, sin más, cogió las llaves de su casa y se marchó, cerrando la puerta, dejando su homosexualidad atrás.

Julio se quedó embobado. ¿Qué cojones le pasaba? Él tan solo quería hablar con alguien, y a Yan le había dado igual. Se había marchado sin más. ¿Acaso ya no había esa chispa que tenían al principio? ¿O era algo más?

• • •

Yan necesitaba aclararse. ¿Qué le estaba pasando? Desde aquel día no podía hacer nada más que pensar en Julio. En su sonrisa, en su pelo, en su olor... Era lo único que ocupaba su mente.

Yan continuó paseando durante unos minutos, observando la naturaleza y el atardecer, preguntándose si podría ser capaz de quedarse allí para siempre; sin tener que retomar sus problemas para volver a evitarlos. Sin embargo, su enamoramiento repentino ganó, y supo lo que tenía que hacer.

-¿Y qué?

Ya era homosexual. No podía cambiar, solo le quedaba afrontarlo al fin. Así que, respiró hondo, y volvió a su casa.

• • •

Cuando Yan llegó a su casa, oyó unos leves sollozos que provenían de su cuarto. Julio lloraba silenciosamente, preguntándose qué había hecho mal.

Julio se levantó, dispuesto a irse al fin, sin percatarse de la presencia de Yan. Este le acorraló en una de las paredes y le miró a los ojos.

-Julio...-murmuró.

Julio apartó la mirada, con las lágrimas aún cayéndole por la mejilla. Yan le levantó el rostro con la mano, y le acarició la cara.

-Lo siento.

Yan besó a Julio apasionadamente, empujándole contra la pared. Tras unos segundos, ambos se separaron para poder tomar algo de aire, antes de volver a repetir lo mismo.

-He sido muy tonto-dijo Yan-. Demasiado tonto.
-Yo también. Ambos hemos cometido errores...-afirmó entrelazando sus dedos-. Pero eso ahora da igual.
-Ahora podemos contarlo, supongo que ya no es secreto...

Y Yan, aunque bien maricón, sonrió, porque por una vez sentía que todo iba a salir bien.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Jun 06 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

del secreto al amorWhere stories live. Discover now